Es un hecho: la conducción en condiciones de lluvia, con el asfalto mojado o con encharcamientos es mucho más complicada. De hecho, muchos accidentes son causados año con año por estas condiciones.
Uno de los efectos relativamente comunes pero que pueden generar accidentes realmente graves si no se gestionan de una forma inteligente es el llamado aquaplaning, bastante regular en la temporada de lluvias.
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Explicado de forma sencilla, el aquaplaning es el efecto de pérdida de adherencia de los neumáticos cuando pasan por un charco, el cual puede generar una sensación de pérdida de control del vehículo.
Aunque se puede presentar por distintas razones, las más comunes son los caminos encharcados, el exceso de velocidad y las condiciones de los neumáticos, pues entre más lisos es más fácil que hagan aquaplaning.
¿Cómo evitar el aquaplaning?
Dicen que prevenir es mejor que lamentar y este caso no es la excepción. Cuidar que el dibujo de los neumáticos, cuya función es expulsar el agua, sea el adecuado, así como la cantidad de aire que tienen, son dos acciones simples que pueden ayudar mucho.
Si debes circular por asfalto mojado, trata de ir a una velocidad razonable y guardando distancia con los otros autos. Además, en la medida de lo posible, evita los charcos y espejos de agua.
Si estás experimentando aquaplaning, el cual suele ser descrito como la sensación de caminar sobre hielo, lo primero que debes hacer es mantener la calma. Si es sobre un camino recto, todo lo que debes hacer es mantener el volante recto y desacelerar lentamente, hasta que sientas que recuperaste el control de tu auto.
Si es en una curva, gira suavemente el volante siguiendo el contorno natural de la curva. En ninguno de los dos casos es recomendable frenar intempestivamente, pues por la inercia es mucho más sencillo que tu auto patine y provoques un accidente.