La ropa delicada suele necesitar cuidados especiales. Lavado en seco, colgado en espacios separados del clóset e incluso detergentes para evitar que se deterioren los materiales, a menudo seda o aplicaciones de piel, son algunas de las estrategias usualmente aplicadas.
De eso saben mucho en el Ballet de la Ópera de Ámsterdam. Muchos de los vestuarios empleados por los artistas datan de principios del siglo pasado y son verdaderas piezas de museo cuya pérdida generaría un daño incalculable.
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Sin embargo, como dicen, a grandes problemas grandes soluciones, y las expertas de la Ópera de Ámsterdam encontraron un aliado inesperado que, gracias a su carácter neutro, es ideal para limpiar estas preciadas prendas: el vodka.
“Estos tutús son hechos a mano y no podemos solamente ponerlos en la lavadora, así que los rociamos con vodka, lo que mata todos los olores y las bacterias y así no necesitamos mandarlos a la tintorería”, señala Sanne, vestuarista de la institución.
Limpieza profunda
Gracias a su composición, que el químico Dmitri Mendeleev, quien creó la Tabla periódica de los elementos calificó como el alcohol más puro, el vodka se usa solo sobre las prendas para terminar definitivamente con los olores no deseados.
“Todo lo que tienes que hacer es poner el vodka en un aspersor para plantas y rociarlo en el interior de la prenda luego de usarla”, señala la experta en mantenimiento de prendas.
Pero el vodka no solo funciona en prendas de tul u organza de seda, con la que suelen estar hechos los atuendos empleados en los más importantes escenarios de ballet, también ayuda en las prendas comunes.
“El vodka no solo es bueno para los vestuarios. También puedes usarlo, por ejemplo, en tu ropa vintage. Así que al llegar a casa, me quito mi blazer, lo rocío con vodka, lo cuelgo y al día siguiente lo meto al closet”, detalla.