SEMANA SANTA

¿Por qué las personas se mojan en Sábado de Gloria? Este es el origen de la tradición

Actualmente está prohibido desperdiciar el agua en la Ciudad de México y sus alrededores

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Esta tradición comenzó en la Edad MediaCréditos: Freepik

Anteriormente durante la Semana Santa, era muy común que cada Sábado de Gloria tanto niños como adultos salieran a mojarse y a jugar con el agua, sin embargo, esto cambió cuando dicho recurso comenzó a escasear en la Ciudad de México y sus alrededores, por lo que ahora está prohibido desperdiciar el agua durante esta celebración, pues a quien se le atrape en el acto podría ser acreedor de una multa de hasta 3 mil 375.20 pesos, entre otras sanciones.

Pero ¿Cuál es el origen de dicha tradición? ¿Por qué se acostumbraba mojarse en Sábado de Gloria? Aunque no lo creas todo esto tiene un trasfondo muy interesante y aquí te explicamos en donde surgió esta popular costumbre.

El Sábado de Gloria se conmemora el descanso de Cristo en el sepulcro
Foto: Freepik

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El paso entre la muerte y la resurrección

Cada Sábado de Gloria también conocido como Sábado Santo, se conmemora la fecha en la que Jesucristo descanso en el sepulcro luego de haber fallecido crucificado durante los eventos del Viernes Santo. Por lo que se considera el punto intermedio entre la muerte y la posterior resurrección de Cristo.

Se sabe que la tradición de mojarse durante esta celebración tiene su origen en la época de la Edad Media, pues durante la Semana Santa se daba el mandato al pueblo de permanecer de luto por la muerte de Jesucristo, por lo que durante dicho periodo de tiempo las personas no se podían bañar.

Las personas no se bañaban en Semana Santa como una forma de guardar luto por la muerte de Cristo
Foto: Freepik

¿Por qué la gente se mojaba en Sábado de Gloria?

Una vez terminada la Semana Santa el día sábado, la gente aprovechaba para mojarse y purificar su espíritu, limpiando todos los pecados e impurezas de su cuerpo.

Asimismo, durante dicha fecha las personas se reunían para ser bautizadas en las iglesias, pero debido a la gran afluencia de gente, los sacerdotes optaron por arrojar agua a todos al mismo tiempo, dejando de lado las pilas bautismales para acelerar el proceso.