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Dragon’s Dogma 2: un RPG inmersivo, despiadado y fantástico

Un increíble juego lleno de Dragones y criaturas, donde las decisiones que tomes tendrán un impacto en las misiones

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Una historia al ma´s puro estilo de Game of ThronesCréditos: Especial

Hace casi 12 años existió un RPG de acción que tenía un sistema de combate bastante innovador y robusto, además de una historia cautivadora e increíbles enemigos. Ese juego fue convirtiéndose en un favorito de culto con el tiempo, pues quienes lo jugaron en su mayoría amaban, el problema es que unos meses antes había salido un monstruo llamado Skyrim, que cautivó al mundo y ganó todo, por lo que no todo el mundo llegó a conocer Dragon’s Dogma. La buena noticia es que ahora, más de una década después, Capcom lanzó Dragon’s Dogma 2 para la nueva generación de consolas, con todo lo que eso conlleva.

Esta secuela es cuatro veces más grande que su antecesor y aplica en gran medida el dicho de “si no está roto, para qué arreglarlo”, ya que incorpora el mismo sistema de combate, una narrativa muy parecida al lore del primero pero con un toque político muy bueno y retoma a varios de sus monstruos más populares, así como la mayoría de las vocaciones de los personajes.

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Una historia al ma´s puro estilo de Game of Thrones

Y más importante aún, también vuelve el sistema de peones, que lo hace una especie de falso multiplayer, puesto que es un juego para un jugador, pero con esto podemos incorporar a los peones que otras personas crean en sus partidas para que nos ayuden en toda esta campaña.

Pero vamos por partes, para quienes no conocen nada, en Dragon’s Dogma 2 tomaremos el papel del Arisen, el héroe de la historia que fue escogido por un enorme y temible dragón para ser el campeón que lo derrote, luego de vivir una odisea que lo lleve a lograr dicha hazaña y así reclamar su lugar como un Dios entre la gente.

Nuestro héroe comienza realizando trabajos forzados sin mucha idea de quién es, hasta que finalmente logra librarse de sus captores gracias a la ayuda de un personaje misterioso, para así iniciar la aventura que lo llevará a cumplir con su destino.

Una vez llegado a la Vernworth, la capital de una de las dos grandes naciones, descubrimos que hay un usurpador que dice ser también Arisen y está ocupando nuestro legítimo lugar en el trono. Y así es como comienza una historia al más puro estilo de Game of Thrones que nos llevará a recorrer este enorme mundo buscando aliados, mejorando nuestras habilidades y tratando de conseguir el reconocimiento de la gente como Arisen para así reclamar lo que nos pertenece.

Cada personaje y peón tiene una vocación

Comenzamos el juego creando tanto a nuestro personaje, como a nuestro peón principal, que nos acompañará a lo largo de la historia. Esto en un sistema de creación de personajes bastante robusto para lo sencillo que es, que dicho sea de paso, está disponible por aparte por si desean crear sus personajes antes de adquirir el juego y luego se pueden importar al mismo.

Para que se en una idea del buen sistema que tiene, hay gente creando actores de la vida real y compartiendo tutoriales para que cualquiera pueda tener un peón famoso. Aunque por otro lado, las voces son muy limitadas, a dos por cada inclinación de los peones, que tienen diferentes modulaciones, pero son las mismas distorsionadas a fin de cuentas, lo cual me pareció un poco flojo.

Cada personaje y peón tiene una vocación, que se podrá ir cambiando a lo largo del juego. Al inicio sólo hay 4, que son luchador, mago, arquero y ladrón, cada una con su set de armamento y habilidades. A lo largo del juego se irán desbloqueando nuevas, como guerrero y hechicero, que son versiones avanzadas de luchador y mago.

También hay vocaciones exclusivas para el Arisen, que no voy a spoilear. Yo jugué al menos un poco con cada una de las mencionadas arriba y todas están bastante divertidas y cambia mucho la forma en la que enfrentamos el combate y preparamos a nuestros peones, si es que los usamos.

Recomiendo ir cambiando de vocación, no sólo para tener más mejoras de personaje, sino para también ir dándole variedad al juego en cada trayecto. Que por cierto harás muchos trayectos, es un mapa enorme y con muy pocas posibilidades de hacer un viaje rápido.

Un mundo medieval de fantasía

Volvió el sistema de carretas tiradas por bueyes que por supuesto no andan increíblemente rápido y que además están limitados sus trayectos a ciertas locaciones, a menos que haya un enfrentamiento en algún punto de la ruta, que te permita despertar de la siesta y bajarte antes. Aparte de eso hay un sistema de góndolas y también lo más parecido al viaje rápido es un sistema con cristales, mismos que son bastante costosos en el juego y también tienen un número limitado de locaciones a las que te pueden llevar.

Dicho esto, a mí me parece lógico como está hecho porque hace más inversiva la experiencia en este mundo medieval de fantasía que no hace mucho esfuerzo por llevarte de la mano en ningún momento, pero puedo entender que esto pueda hacer que a algunas personas no les guste.

Especialmente porque como dije antes, es un juego que se caracteriza por tener un sistema de combate muy bien logrado y se enfoca mucho en la exploración, que se vuelven un pequeño círculo vicioso con encuentros bastante seguidos con bestias para explotar ambas cosas. Al principio parece un poco redundante y despiadado, pero poco a poco nos vamos convirtiendo en máquinas aplasta-cíclopes y derriba-grifos mientras nos preparamos para el verdadero reto de sobrevivir a los dragones.

Y también el sistema de peones ayuda mucho en eso, puesto que el que creamos va creciendo a la par de nuestro héroe y los demás los iremos cambiando dependiendo de la distribución de roles que queramos o el nivel, por ejemplo.

Tiene elementos de cacería muy adictivos

Es interesante ver cómo uno que nos cayó bien y guardamos en nuestros favoritos después de acabar con un minotauro en nivel 10, luego lo volvemos a encontrar en nivel 20, pero ya como un guerrero en vez de luchador, especializado en lengua élfica y con uno que otro chisme de su maestro o algún tip para guiarnos hacia un tesoro que encontró con él.

Leí que algunos colegas tuvieron problemas con el rendimiento, pero debo decir que en mi PlayStation 5 Dragon’s Dogma 2 corrió bastante bien entre 40 y 50 cuadros por segundo durante mis casi 30 horas de juego. Sí tiene caídas durante el combate, pero hasta el punto de hacer esta reseña no ha sido algo que afecte la experiencia de juego. Lo que sí me ha afectado, por otro lado, es la cámara.

Hay momentos en los que nos vemos arrinconados o algo se cruza por alguna razón y la cámara se posiciona de tal manera que no es posible saber qué está pasando con nuestro personaje. De hecho por eso mis peones no usan magia de hielo. No sucede tanto, pero sí molesta cuando llega a pasar.

Lo que se nota también es que hay parte del equipo que hace los Monster Hunter detrás de esta entrega, pues en su exploración tiene elementos de cacería muy adictivos, como repetir algunos monstruos para usar sus piezas en la mejoría de nuestro equipo y ya más claramente en el combate, donde podrás cortar la cola de un saurio para debilitarlo, trepar a un cíclope para atacar su ojo o atacar ciertos puntos débiles para hacer más justo el asunto de cazar a un dragón. 

Como RPG es de lo mejor del género

Esto acompañado de las habilidades de cada vocación, mismas que se pueden activar apretando un botón, que a su vez hace que los 4 botones básicos tengan estas asignaciones; por ejemplo, el luchador ataca normal con cuadro, salta con equis, corre con círculo y apuñala con triángulo, pero apretando el switch, estas 4 se vuelven habilidades como arremeter con el escudo para tirar a un enemigo pequeño, hacer un ataque giratorio o aventar a un aliado por los aires para ahorrarle la escalada a la cabeza de la monstruosidad en turno, entre muchas otras.

Este sistema ya era innovador en 2012 y se vuelve a sentir así, ya que no hay muchos juegos así, ni con algo parecido a los peones tampoco. Como RPG es de lo mejor del género y probablemente sea de lo mejor del año, no sé si para candidato a GOTY, pero es ciertamente adictivo, si no te molesta explorar.

Las misiones secundarias están muy bien logradas también y no se sienten como sólo hacerle los mandados a algún NPC y regresar, sino que tienen generalmente un buen trasfondo que si no te aporta algo a la historia, lo hace a la practicidad de juego, como por ejemplo un descuento de por vida en una tienda, ya que salvaste al nieto del tendero de unos lobos.

Y hablando de lobos, también hay un factor te.poral, por un lado en los objetos perecederos, que irán madurando hasta podrirse si no los usas y por otro lado en las misiones, por lo que si nos dan 3 al mismo tiempo, pero una es la de ir a salvar al niño de los lobos, probablemente quieras ir por él primero, a menos que pienses que un niño pequeño puede con una manada solo. Las decisiones que tomes tendrán un impacto en las misiones, en cómo acaban y en la historia misma, que tiene más de un final. Otra recomendación es ir haciendo estas misiones secundarias conforme avanzamos en el juego, puesto que hay un punto de no retorno al final y después de eso no podremos regresar a terminarlas, a menos que lo tuyo sea el New Game Plus, que ya está disponible en el Dragon’s Dogma 2.

Un RPG increíblemente inmersivo

Lo último que quisiera recalcar, es lo brutal que es el ciclo día y noche en esta entrega, de día pues fácilmente podemos ir campando a nuestras anchas y rodear si vemos alguna cosa que no queramos enfrentar a lo lejos, pero a diferencia de otros juegos que hacen de la noche un mundo azuloso o grisáceo pero visible, este te enfrenta con la verdadera oscuridad y crudeza de la noche, limitada a la linterna que cuelga de tu cintura y el aceite que tengas disponible para alimentarla. Puedes estar a 30 metros de un ogro y no saberlo hasta que probablemente ya tenga a una de tus aliadas en sus garras y te esté pateando.

Esto sumado a que chúmbala cachúmbala, las clavaeras salen de su tumba... y no siempre solitas. En resumen, Dragon’s Dogma 2 es un RPG increíblemente inmersivo con elementos de caza y un maravilloso sistema de combate, empujado por una muy buena narrativa tanto principal como de misiones secundarias y lore en un mundo medieval enorme y cruel, al que no parece importarle si eres nuevo y te enfrentará directamente con algo imposible si te pasas tantito de curioso o se te pasa el tiempo, te da la noche y sale el señor de las calaveras a ver quién pasó a visitar antes de noviembre.

Lastimado por bajas de fps, una cámara que elige los peores momentos para jugar “adivina quién es” y un soundtrack bastante promedio, no deja de ser uno de los mejores juegos de su género en años recientes y me parece que retomar lo que hizo tan bueno al primer Dragon’s Dogma es una decisión muy acertada, que sienta las bases para un futuro muy prometedor si Capcom decide darle continuidad a este mundo de fantasía tan despiadado y hermoso a la vez.

srgc