La grafología es el análisis de los patrones de escritura a mano que busca identificar rasgos de la personalidad de quien escribe. Cómo las personas posicionan su mano o incluso el papel para escribir puede revelar datos sobre su personalidad. El grosor de los trazos, el largo, la proporción de las letras, la relación entre unas y otras, todos son indicios estudiados por los grafólogos para entender más sobre quién escribe.
De acuerdo con la grafología, los óvalos que son las letras "a" y "o" escritas en cursiva. Vale indicar que son las huellas que se colocan en papel y es una manera de demostrar los sentimientos, ya que junto a la firma representa el universo afectivo.
Lo que reflejan la "a" y la "o" para la grafología
La grafología cuando se refiere a óvalos abiertos indica a las letras "a" y "o" cursivas, con un espacio sin cerrar. Los óvalos abiertos arriba los hacen personas idealistas, que no exteriorizan sus sentimientos y parecen distantes. Les atrae el mundo cósmico, lo espiritual y la búsqueda de la perfección. Pueden resultar fantasiosos si no bajan al plano terrenal y suelen ser considerados los "perfectos escritores". En el caso de abiertos abajo, son puro instinto y se mueven en el plano terrenal y disfrutan de las cosas materiales. Su demostración afectiva siempre es como un lado de la moneda, porque saben leer qué necesitan los demás. Para ellos, la pasión y la ambición son importantes. Ellos son los "buenos lobistas".
Las personas que escriben las letras "a" y "o" abiertos a la derecha son absolutamente comunicativas, extrovertidas, francas y sociables. Necesitan exteriorizar sus emociones, lo que puede tornarlos un poco indiscretos guardando secretos tanto propios como ajenos. La expansión es lo suyo: son los "grandes relacionistas públicos".
Fuente: Pinterest
Según la grafología los que escriben las letras abiertas a la izquierda son muy introvertidas y tímidas. Se sienten cómodos con poca gente porque les cuesta confiar. Su mundo interior es gigantesco pero siempre habla más de los otros y muy poco sobre sí mismos. Son "los ermitaños" por excelencia.