La grafología analiza la personalidad y los rasgos predominantes de ella solo con ver cómo firma o escribe determinadas grafemas. Vale mencionar que ello no se logra con el análisis de una sola letra, esta disciplina es como un rompecabezas, ya que se necesitan de las demás piezas para poder ver el todo. La forma de escribir puede decir mucho de una persona.
Vale señalar que existen algunas críticas hacia la grafología porque no es una ciencia, ni tiene una base científica sólida. Sin embargo, en algunas investigaciones resultan muy interesantes los reportes que se publican, porque cuentan con explicaciones asombrosas. Te revelaremos cómo puedes saber si una persona te miente o no al analizar cómo escribe la letra L.
Cómo escribe la letra L una persona mentirosa, según la grafología
La confianza en las personas es muy difícil de construir y muy fácil de romper. Ello suele suceder cuando entra a jugar la mentira. Si tienes algunas dudas y quiere saber si te dicen la verdad, analiza su escritura. La grafología te ayudará a descubrir mediante el análisis de la letra L si te mienten o no.
Dentro del plano de la grafología, la letra L, es una de las que más puede evidenciar sobre la personalidad de una persona. En el caso de la L mayúscula, fácil de dibujar ya que consiste en dos líneas: una vertical y la otra horizontal, en la base. Se forma en el vértice un ángulo de 90°. El análisis grafológico debe hacerse en la extensión de esas dos líneas, la línea horizontal y que se ubica en la parte baja debería ser más corta que la vertical. Sin embargo, ser más corta no implica que sea invisible o imperceptible. Las personas que son propensas a mentir tiene que ver con que, generalmente, trazan extremadamente corta esa línea horizontal, prácticamente imperceptible y como si fuese un guión por momentos.
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Vale mencionar que para la grafología, esos trazos indican que quieren esconder algunas cosas de sus vidas y por ello mienten. Estas opciones suelen indicar ciertas tendencias que se observan en la escritura. De todos modos, hay ciertas señales con las que podemos reconocer si alguien no está hablando con la verdad o no, por ejemplo las expresiones faciales, el tono de la voz o la postura que sostiene cuando está relatando su mentira.