Las cifras relacionadas con la actividad física en adultos son preocupantes. Según la Organización Mundial de la Salud, “uno de cada cuatro adultos, y al menos cuatro de cada cinco adolescentes, no alcanza los niveles de actividad física recomendados”. El avance tecnológico y la comodidad de la vida moderna llevan a una disminución significativa en la actividad física en adultos. Es por ello que promover el autocuidado y la realización de actividad física se antoja crucial.
Como sociedad, debemos concientizarnos y otorgar la relevancia que esto merece, considerar que la realización de actividad física de manera recurrente promueve la disminución de mortalidad cardiovascular, la incidencia de hipertensión, cáncer, diabetes tipo 2., y mejora la salud mental (menor presencia de síntomas de ansiedad y depresión).
Foto: Pexels
De igual forma realizar actividad física puede contribuir a la mejora de la salud cognitiva, el sueño y el contenido de tejido adiposo portante en muchas personas adultas. En palabras del Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus: Cada movimiento cuenta, en especial ahora que hacemos frente a limitaciones derivadas de la pandemia de COVID - 19. Todos debemos movernos cada día, de forma segura y creativa.
Tiene un impacto negativo en la salud de los adultos en múltiples aspectos. Uno de los problemas más notables es el aumento de la obesidad. La inactividad física conduce al aumento de peso, acumulación de grasa corporal y riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares. Además, la falta de actividad física se asocia con menor masa muscular y baja densidad ósea, lo que puede llevar a la fragilidad y aumento del riesgo de fracturas.
La inactividad también está relacionada con problemas de salud mental. El ejercicio físico estimula la liberación de endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés. La falta de actividad física puede contribuir a la depresión y ansiedad en personas adultas.
Ante esta realidad, es crucial que las personas tomen medidas para combatir el sedentarismo y promuevan el autocuidado a través de la actividad física. Algunas estrategias para fomentar y adoptar un estilo de vida más activo son:
- Establecer metas realistas: Definir objetivos alcanzables y sostenibles es esencial. Esto podría incluir caminar 30 minutos al día, hacer ejercicio en casa o unirse a un club deportivo.
- Haz del ejercicio una rutina: Integrar la actividad física en la rutina diaria es clave para evitar la inactividad.
- Explora opciones: La actividad física no se limita al gimnasio. Hay otras formas de mantenerse activo, como el baile, la jardinería o practicar deportes al aire libre. Encontrar una actividad que sea divertida y motivante es importante.
- Busca apoyo social: La motivación puede fortalecerse cuando se comparte con otros. Unirse a un grupo de ejercicio o buscar amigos que compartan este interés puede hacer que el proceso sea más agradable.
- Toma descansos activos: En lugar de pasar horas sentado en el trabajo o frente al televisor, realiza estiramientos o da un paseo breve cada hora. Esto ayuda a romper la inactividad.
Al menos 5 millones de muertes al año podrían evitarse si la población mundial fuera más activa. Promover el autocuidado y la actividad física es esencial para combatir el sedentarismo y sus efectos negativos en la salud. Cada uno de nosotros tiene la capacidad y responsabilidad de tomar medidas para mantener un estilo de vida activo y saludable. Juntos, podemos revertir esta tendencia y mejorar la calidad de vida de nuestra sociedad.
Por: Joel Ramírez G. Licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos, Universidad Iberoamericana Ciudad de México
VR