Heredera multimillonaria busca personas para gastar su dinero. Aunque esto parece ser el inicio de uno de los miles de correos fraudulentos que llegan a millones de personas en todo el mundo, en esta ocasión sí es verdad.
Marlene Engelhorn, heredera del gigante químico BASF y cuya familia en algún momento fue dueña de farmacéuticas poderosas, piensa que las fortunas heredadas no tienen razón de ser y, por ello, quiere compartir su propia riqueza con algunos de sus conciudadanos.
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Nacida en Viena, es una de las voceras más activas de un movimiento en el que algunos multimillonarios tienen verdaderos deseos de compartir su riqueza como una forma de construir sociedades más democráticas.
“En Austria, el uno por ciento más rico de la población tiene más del 50 por ciento de la riqueza. Esto significa que una centésima parte de la población tiene casi la mitad de la riqueza y el otro 99 por ciento tiene que repartirse la otra mitad. Casi 4 millones de personas luchan en el día a día, ¿y el otro uno por ciento? La mayoría solo lo heredamos.
“Mi riqueza fue acumulada antes de que yo naciera. Fue acumulada gracias a que otras personas trabajaron, pero mi familia fue capaz de heredar la titularidad de una empresa y, por ello, reclamar todos los frutos de su trabajo”, señala Engelhorn, de 31 años de edad.
Aunque durante algún tiempo abogó por una mayor carga impositiva a las herencias, Engelhorn notó que su propuesta no tenía resonancia entre los círculos políticos, por lo que optó por una novedosa idea.
Busca a 50 buenos ciudadanos
La nueva idea de la rica heredera es encontrar a medio centenar de personas que representen, más o menos, la diversidad de la sociedad austriaca: gente de distintas edades, ingresos, estatus social y cultural, serán elegidos para saber qué se debe hacer con el dinero.
En una primera etapa, 10 mil personas afortunadas serán elegidas para realizar un proceso del que saldrán los 50 finalistas, quienes se reunirán durante seis fines de semana para decidir el futuro de la fortuna de Engelhorn.
“Durante seis semanas, entre marzo y junio, estas 50 personas se reunirán. Recibirán información de expertos que van desde científicos hasta investigadores en ramos específicos. Todas las discusiones serán moderadas profesionalmente”, detalla la convocatoria.
Más allá de la edad mínima para participar, que es de 16 años, no existen más restricciones. Cada uno de los elegidos recibirá alrededor de 22 mil pesos por su asistencia a cada sesión, en la que la heredera también aportará otros gastos.
“Como este Buen Consejo es un servicio a la sociedad, esas 50 personas también serán compensadas por sus esfuerzos; todos los gastos de hoteles, comidas, viajes desde y hacia la conferencia, intérpretes e incluso guarderías, estarán cubiertos”, destaca.