El mundo animal nos puede ofrecer infinidad de historias, datos y aprendizajes que no podríamos imaginarnos nunca, tal vez el ser humano nunca termine de aprender de los animales, pues cada día aprendemos más y más de ellos.
En esta ocasión le tocó a los elefantes enseñarnos algo maravilloso, pues desde el corazón de Kenia, en el Parque Nacional Amboselí y aun con la lejanía, un grupo de investigadores descubrió que estos bellos paquidermos tienen la capacidad de nombrar a sus pequeñas crías.
Gracias a un estudio realizado por Michael A. Pardo y sus colaboradores Kurt Fristrup, David S. Lolchuragi y Joyce Polle, y publicado en la revista académica BioRxiv, se logró ampliar los conocimientos que teníamos sobre la comunicación animal.
¿Cómo es que los elefantes nombran a sus pequeñas crías?
Así, el equipo investigó, por medio de grabaciones, las vocalizaciones de los elefantes llamadas “rumbles”; descubriendo que estos sonidos son específicos para cada elefante, funcionando así como una forma de identificación personal.
Y es que en comparación de animales como los delfines y los loros, que tienden a imitar los sonidos que ocurren a su alrededor, los elefantes en comparación no imitan, sino que generan un rumble específico dependiendo de quién sea el otro paquidermo que le responda.
Así, se grabaron más de 527 llamadas de elefantes en el ecosistema de Samburu y 98 en Amboselì, gracias a un modelo computacional pudieron identificar diferentes rumbles para 119 elefantes, basándose en quién respondía a quién.
Utilizando además un modelo de bosque aleatorio, pudieron predecir la identidad de cada uno de los elefantes e incluso descubrieron que cada uno de los elefantes podía identificar si la llamada era para ellos o para alguien más.
Lo que nos deja en perspectiva que esto es un asombroso descubrimiento, pues no solo significa que estos paquidermos se pueden comunicar, sino que también nos hace ver la estructura social con la que cuentan entre ellos.
Mostrándonos la conexión que tenemos los seres humanos y los animales, pues como nosotros, ellos también tienen una manera única de llamarse y comunicarse, así como una identidad única.