Contar ovejas es un dicho y costumbre que forma parte de la cultura popular y que en teoría se utiliza para dormir. Este ejercicio mental consiste en imaginar una serie de estos animales lanudos en un campo e ir enumerándolas a medida que saltan una valla. Se supone que esta actividad simple y repetitiva ayuda a las personas a conciliar el sueño por las noches.
El dormir contando estas ovejas tiene un origen algo incierto, pero señala que casi todas las fuentes apuntan a un antiguo cuento. Se trata de un relato escrito en latín a principios del siglo XIII por Pedro Alfonso de Huesca, dentro de su obra Disciplina clericalis. Esta colección de cuentos con enseñanzas recopila 33 historias del folclore oral de varias etnias.
Los escritos cuentan que un hombre compró 1.000 ovejas en el mercado. Para llevarlas a su casa, tenía que cruzar un río y solo podía vadearlo llevándolas de una en una. Como eran tantos animales, el rey se durmió antes de que finalizara la narración y ahí comenzó esta gran costumbre.
¿Qué otro animal se cuenta para poder dormir?
La novela Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes y publicada en 1605, incluye una referencia al citado cuento. El escritor cambió los animales lanudos para poder dormir por cabras, como se puede apreciar en las líneas de su célebre obra. Este cambió solo fue para ponerle otro condimento a su pluma pero nada tenía que ver con que no sabía sobre el dicho.
Uno de sus capítulos muestra cómo un pastor tiene que cruzar un río con 300 cabras y no con sus ovejas. El pescador que le puede ayudar solo es capaz de llevar un ejemplar en cada viaje, ya que su barca es muy pequeña. "Deje que su adoración cuente las cabras que el pescador está cruzando, ya que si uno se escapa de la memoria habrá un final de la historia y será imposible contar una palabra más", dice Sancho Panza en el libro.
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