La tumba de “Don Ramón”, un personaje icónico de la televisión mexicana, es un lugar lleno de nostalgia y respeto. Don Ramón, cuyo nombre real era Ramón Valdés, fue un actor que se ganó el corazón de millones con su papel en "El Chavo del 8". Su tumba, ubicada en los Mausoleos del Ángel, en la Ciudad de México, es un lugar de peregrinación para sus admiradores. Recientemente, el creador de contenido Jossan visitó recientemente el lugar para mostrar cómo es.
Ramón Valdés fue un actor mexicano que se hizo famoso por interpretar a "Don Ramón", el padre de la Chilindrina y uno de los inquilinos de la vecindad del Chavo. Participó en más de 70 películas, muchas de ellas junto a su hermano Tin Tan, Cantinflas o Pedro Infante. También trabajó con Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, en varios programas de humor, como “Los supergenios de la Mesa Cuadrada”, “El Chapulín Colorado” y “Los Caquitos”.
¿Cómo luce la tumba de “Don Ramón”?
Jossan mostró como la tumba está adornada con estampas, notas y recuerdos de personas que han venido de diferentes países como Brasil, Perú, El Salvador y Colombia. La admiración por Don Ramón trasciende fronteras, y su legado sigue vivo en los corazones de quienes lo recuerdan.
Lo que hace aún más especial este lugar es la cercanía de las tumbas de otros grandes artistas. Junto a “Don Ramón”, descansan figuras como “Doña Clotilde” (Angelines Fernández), “Viruta” (Marco Antonio Campos) y “Capulina” (Gaspar Henaine). Jossan menciona que la amistad entre “Don Ramón” y “Doña Clotilde” era tan fuerte que ella pidió ser enterrada cerca de su gran amigo.
Jossan deja ver que visitar este lugar es una experiencia emotiva y tranquila. La serenidad del lugar invita a la reflexión y al agradecimiento por las risas y enseñanzas que dejó este gran personaje. Los guardias del lugar son muy amables pues saben que los fans quieren conocer el lugar donde descansa su ídolo.
“Don Ramón”, un ícono de la televisión mexicana
Ramón Valdez es recordado como un hombre sencillo, gracioso y carismático, que no buscaba la fama ni el dinero. Su personaje era también único: un viudo que vivía con su hija, que tenía múltiples oficios pero nunca pagaba la renta, y que sufría las agresiones de “Doña Florinda” y “Quico”. Siempre tenía una gestualidad, voz y humor singular.
Lamentablemente, Ramón falleció a causa del cáncer de estómago que padecía. A pesar de que se sometió a una cirugía para reducir el tamaño de su órgano, el cáncer ya se había extendido a su médula espinal y no había cura posible. Murió el 9 de agosto de 1988 a los 64 años, en la Ciudad de México.
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