Algunos de los santos consignados en el Martirologio Romano llegaron a esta condición por sus habilidades, inspiradas por Dios, para destacar en la diplomacia o en la resolución de conflictos sangrientos.
Uno de ellos es San Alfredo de Hildesheim, religioso al que se le debe la paz entre los cuatro reinos carolingios, los cuales, a pesar de compartir un profundo sentimiento religioso, solían vivir enfrentados.
¿Quién fue San Alfredo de Hildesheim?
Nacido en el seno de una familia noble, San Alfredo tomó los hábitos benedictinos muy joven, por elección propia. Pronto se destacó entre sus hermanos en la fe, por lo que fue elegido como el cuarto obispo de Hildesheim.
Con su propio dinero y en un solar ubicado en la hoy comunidad alemana de Essen, Alfredo fundó una pequeña catedral que es considerada actualmente uno de los tesoros arquitectónicos germanos.
Al empeño de San Alfredo de Hildesheim por la divulgación del evangelio se debe la construcción de numerosos monasterios, iglesias y catedrales, los cuales reforzaron la presencia católica en los territorios germánicos.
Pero no solo destacó por su habilidad como constructor de iglesias. Bajo la protección del príncipe Ludovico Pío, hijo del emperador Carlomagno, obtuvo un papel importante como consejero del reino.
Una de sus principales preocupaciones fue la consecución de la paz entre las distintas facciones en las que se encontraban divididos los carolingios en el siglo 9. Su elocuencia y claridad de ideas permitió que los enemigos se perdonaran y fusionaran.
¿Qué otros santos católicos se celebran hoy?
- San Arnulfo de Soissons
- San Eusebio de Roma
- San Facanano de Ross
- San Marcelo de Apamea
- San Maximiliano María Kolbe
- San Tarcisio
- San Ursicino del Ilírico
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