Esta semana se dio a conocer el resultado de una investigación liderada por un equipo internacional de investigadores que lograron revivir a un par de gusanos que estuvieron congelados durante 46 mil años en Siberia, Rusia. Los invertebrados, que pertenecen a una especie previamente desconocida de nematodo, se mantuvieron en el estado conocido como criptobiosis, el cual les permite existir bajo temperaturas extremas, sin oxígeno y sin agua.
Ambas especies fueron encontradas en 2018 en una madriguera de roedores ubicada a 40 metros de profundidad en el permafrost siberiano. De acuerdo con los científicos del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia, en Alemania, los nematodos regresaron a la vida simplemente una vez que fueron rehidratados con agua. Cabe destacar que no es la primera ocasión que se consigue revivir a un nematodo que ha permanecido en este estado de animación suspendida, no obstante, nunca antes había ocurrido en un período latente tan prolongado.
La vida inició de nuevo tras 46 mil años
Según las declaraciones que Philipp Shciffer, uno de los autores de la investigación, dio a la prensa alemana, nadie siquiera imaginaba que la criptobiosis pudiese durar tanto tiempo: “Nadie pensaba que este proceso podía durar milenios, 40.000 años o incluso más”, enfatizó Philipp Shciffer, también líder del grupo de científicos del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia.
“Es increíble que la vida pueda empezar nuevamente después de tanto tiempo”, comentó el investigador del estudio, el cual fue recientemente publicado en la revista "PLOS Genetics", y líder del grupo de científicos del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia, en Alemania.
¿Tienen el secreto de la vida eterna?
Estos gusanos, de aproximadamente un milímetro de largo y un ciclo vital que se mide en días, perecieron luego de reproducirse y dar lugar a varias generaciones en el laboratorio.
Sin embargo, los investigadores seguirán analizando su descendencia con el objetivo de entender a profundidad los mecanismos que les llevaron a adaptarse a las extremas condiciones de su hábitat.
Genes, la clave para determinar su edad
Y llegados a este punto muchos se preguntarán, ¿cómo fue que los científicos pudieron determinar la edad de los nematodos hallados en la madriguera? Todo fue posible gracias a la datación de carbono, la cual reveló que habían entrado en estado latente durante el pleistoceno tardío (probablemente entre 45.839 y 47.769 años atrás).
Una vez que se realizó un análisis genético, los científicos hallaron los genes clave que le permiten a estos organismos entrar en estado latente. Fue así que descubrieron que corresponden a los mismos genes encontrados en un nematodo contemporáneo denominado Caenorhabditis elegans, y que también puede entrar en estado de criptobiosis.
En palabras de los investigadores, las dos especies cuando se encuentran levemente deshidratados en el laboratorio producen un azúcar llamado trehalosa, y posiblemente es esto lo que les permite soportar el congelamiento y la deshidratación intensa.