El dióxido de carbono (CO2) es uno de los gases más influyentes en el fenómeno del cambio climático global. Su abundancia en la atmósfera es resultado tanto de las actividades humanas, como de los procesos naturales que ocurren en el planeta. La NASA ha dado a conocer un revelador video que nos muestra cómo el CO2 se esparce por la Tierra a lo largo del año, presentando un patrón de dispersión que se extiende desde el norte hasta el sur del planeta.
El video muestra, a través de puntos intermitentes en la superficie, cómo el CO2 es expulsado y absorbido por los ecosistemas y el océano. Estas zonas resaltan las áreas más urbanizadas e industrializadas, donde la concentración de emisiones es más significativa. Este impresionante material visual destaca cuatro elementos principales que contribuyen a las emisiones de CO2:
Combustibles fósiles en naranja: La quema de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural, en sectores industriales y de transporte, es una de las principales fuentes de emisiones antropogénicas de CO2.
Quema de biomasa en rojo: La quema de biomasa, que incluye actividades como la deforestación y la agricultura, también libera grandes cantidades de CO2 a la atmósfera.
Ecosistemas terrestres en verde: Los ecosistemas naturales, como bosques y vegetación, también emiten CO2 en sus procesos metabólicos, aunque en contraste, son fundamentales para la absorción y captura de este gas a través de la fotosíntesis.
Océano en azul: El océano juega un papel crucial en la regulación del CO2 atmosférico. Absorbe grandes cantidades de este gas, ayudando a mitigar su concentración, aunque este proceso también tiene sus límites.
Es esencial resaltar que el video de la NASA no se enfoca exclusivamente en las emisiones humanas de CO2, sino que también muestra las emisiones naturales de la propia naturaleza. Es importante reconocer que las plantas verdes, a través de la fotosíntesis, también liberan CO2 al aire, aunque en menor cantidad en comparación con las actividades humanas.
¿Qué es el CO2?
El CO2, abreviatura de dióxido de carbono, es una molécula compuesta por un átomo de carbono y dos átomos de oxígeno. Es un gas incoloro, inodoro y no inflamable. Se encuentra naturalmente en la atmósfera terrestre en pequeñas cantidades, pero desempeña un papel crucial en el funcionamiento del clima y en los procesos biológicos.
El dióxido de carbono es producido por diversas fuentes naturales, como la respiración de los animales, la actividad volcánica, la descomposición de materia orgánica y la respiración de los microorganismos del suelo. También es un subproducto de la combustión de combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas natural, así como de la quema de biomasa y la deforestación.
En el contexto del cambio climático, el CO2 es un gas de efecto invernadero, lo que significa que tiene la capacidad de atrapar el calor en la atmósfera. Este efecto invernadero natural es esencial para mantener el clima en la Tierra habitable, ya que sin él, la temperatura promedio del planeta sería mucho más fría.
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