DETRÁS DEL MITO

Pancho Villa no consumía alcohol pero tenía una bebida favorita a base de helado de fresa

Cuando logró la gobernatura de Chihuahua en 1913, el denominado también "Centauro del Norte" mandó destruir garrafas de aguardiante debido a que lo consideraba un peligro para la juventud

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Un ciudadano que en 1916 propuso la pena de muerte para los que cometieran fraudes electoralesCréditos: INAH

No es una falsedad cuando decimos que Doroteo Arango, mejor conocido como "Pancho Villa", ha logrado representar en su totalidad el estereotipo de "macho y charro mexicano". Luego de cientos de películas y corridos dedicados al "Centauro del Norte", en el imaginario colectivo se tiene la creencia de que su imagen giraba entorno a la violencia, problemas de alcohol y confrontaciones con las autoridades. 

Sin embargo, hay un aspecto "soft" que poco se habla de Villa, en el que se asegura que era un fanático de las palanquetas de cacahuate, el queso asadero y los esparragos de lata. Una máxima revelación la hizo el historiador Paco Ignacio Taibo II, en su obra "Francisco Villa: una biografía narrativa" donde señala que el revolucionario mexicano tenía una fascinación por una bebida a base de leche y helado de fresa. 

El revolucionario murió en una emboscada en Durango
Foto: INAH

Taibo II narra en sus páginas que durante su exilio en Estados Unidos, luego de fugarse de la prisión de Santiago Tlatelolco de la Ciudad de México, lugar en el que en un inicio iba a ser fusilado por órdenes del entonces presidente Victoriano Huerta, Villa acostumbraba visitar La "Elite Confectionary", un restaurante ubicado en El Paso, Texas, donde constántemente pedía "baseballs", nieve cubierta con chocolate, peanut brittle y soda de fresa.

¿Por qué odiaba el alcohol? 

Las formas de Villa siempre fueron cuestionables, sin embargo, cuando se trataba de ser radical no dejaba ninguna duda. El método para deshacerse de sus oficiales borrachos era fusilándolos ante un pelotón. Incluso, una anécdota cuenta que dejó las calles de Ciudad Juárez apestando alcohol cuando ordenó destruir cientos de garrafas de aguardientes en las cantinas. 

Pancho Villa era un hombre que no sabía leer ni escribir, pero cuando fue gobernador del estado de Chihuahua en 1913, fundó en un mes alrededor de 50 escuelas. Se tiene la creencia de que Villa no tomaba alcohol porque lo consideraba un peligro para la ciudadanía, principalmente para los jóvenes. 

Logró fugarse de la prisión en CDMX y ser gobernador en 1913
Foto: INAH

Una leyenda narra que la única ocasión que lo probó fue cuando Plutarco Elías Calles lo invitó y en aquella fiesta terminó completamente borracho y tirado en el suelo. Sin embargo, respecto a Calles, también se conoce que tenía un odio por los borrachos, ya que su padre tenía problemas de alcoholismo. 

Datos curiosos del Centauro del Norte 

De acuerdo con Paco Ignacio Taibo II, Villa era un extraordinario hombre que, en la época de la ametralladora, logró usar perfectamente la caballería y los ataques nocturnos con ayuda del ferrocarril y aviones. A pesar de que se definía como alguien sencillo, tenía una pasión las máquinas de coser y los tractores. 

Un revolucionario con mentalidad de asaltabancos, que siendo general de una división de 30 mil hombres, se daba tiempo para esconder tesoros en dólares, oro y plata en cuevas y sótanos, en entierros clandestinos. A partir del robo de vacas creó una red de contrabando para financiar la revolución. 

Era fanático de los postres y dulces de cacahuate
Foto: INAH

Un ciudadano que en 1916 propuso la pena de muerte para los que cometieran fraudes electorales. Un hombre duro que no pudo evitar llorar al enterarse de la muerte de Francisco I. Madero, pues se consideraba un fiel seguidor de los ideales maderistas. Murió el 20 de julio de 1923 acribillado en una emboscada supuestamente planeada por Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles.