HISTORIAS DE CINE

Cuando "Viva Villa" era la muerte: el Centauro del Norte no siempre fue héroe en el cine

Indiscutible héroe en el marco de la Revolución Mexicana, Francisco Villa no siempre fue interpretado de manera positiva en la gran pantalla

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Francisco Villa fue uno de los primeros líderes en el mundo en comprender la importancia del cine.Créditos: INAH

Como muy pocos en su tiempo, Francisco Villa comprendió la importancia del cine para ganar adeptos y sumar simpatías a la causa revolucionaria, además de permitirle ganar un dinero siempre necesario en la batalla.

Su célebre trato con la Mutual Film, mediante el cual recibiría una gran cantidad de dinero, que invirtió construyendo el primer tren hospital de la historia de México, además de los uniformes que le darían el nombre de dorados a su guardia más cercana, certificaron su idilio con el cine que, a pesar de ciertos periodos oscuros, ha sido más positivo que negativo.

El filme "The life of General Villa" fue el primero del trato hecho por el Centauro y la compañía Mutual Film. Foto: Mutual Film

“Sin duda, la imagen de Pancho Villa ha sido una de las más manipuladas en México y Estados Unidos, desde que en 1913 comenzó a destacar en los hechos armados de la Revolución, particularmente en este último país, al confluir en ella intereses encontrados”, señala el historiador Aurelio de los Reyes en su ensayo “Francisco Villa y el cine”.

En un principio, el carismático pero audaz guerrillero había despertado simpatías en ambos lados de la frontera. Sin embargo, cuando los intereses norteamericanos y algunas decisiones en el campo de batalla hechas por Villa se enfrentaron, nació una especie de leyenda negra en torno suyo.

Las hazañas de Francisco Villa fueron retratadas por cineastas norteamericanos. Foto: INAH

“Tres hechos empañaron en ese momento la imagen de Villa en los Estados Unidos, el arbitrario asesinato del ciudadano escocés Williarn Benton, el secuestro del periodista  Manuel Bauche Alcalde, a quien Villa dictara sus memorias y a quien se dio por muerto  porque Villa lo acusó de ser espía de los federales; y el asesinato de Clemente Vergara, norteamericano de origen mexicano, reforzaron la imagen de bandido y asesino, a pesar de que Villa aclaró oportunamente que nada tenía que ver con los dos últimos casos”, detalla De los Reyes.

El tiro de gracia aconteció el 9 de marzo de 1916, cuando las tropas de Villa saltaron la frontera para incursionar en la localidad de Columbus, hecho que generó una gran antipatía entre los estadounidenses.

Un villano de película

Meses después del acontecimiento, el Centauro del Norte sería el antagonista de producciones como “Villa: Dead or alive”, donde se arengaba a los norteamericanos a “seguir al Tío Sam para castigar al bandolero”, o “Following the flag in Mexico”, donde se documentaban presuntas atrocidades realizadas por las tropas del general duranguense.

Con un tono menos beligerante, pero igualmente irónico, “Villa of the movies”, de 1917, es una comedia donde el Centauro del Norte y su ejército son ayudados por un estadounidense que contrabandea pólvora.

La redención cinematográfica de Francisco Villa en Hollywood se dio hasta 1934, cuando la superproducción “Viva Villa!”, dirigida por Howard Hawks y que retoma parte del argumento empleado en “Life of General Villa”, la cinta hecha por la Mutual Film en 1914, ofrece un retrato dramático del héroe, mismo que le lleva a ser nominada a cuatro premios Óscar.

Y también en México

Aunque de acuerdo con numerosos historiadores, la figura del general Villa en México es una de las más reverenciadas en el país, no siempre fue así, al menos en las producciones fílmicas nacionales.

“En vida y en muerte, el guerrillero era una figura problemática para el gobierno, porque quienes se consolidaron en el poder pertenecían a la facción carrancista, para quienes Villa y Zapata encarnaban ‘la reacción’. El problema para el gobierno residía en la popularidad de ambos caudillos”, argumenta el historiador Aurelio de los Reyes.

Los famosos Dorados de Villa tienen un origen cinematográfico. Foto: INAH

La difusión de los grandes mitos de la historia se posterga en México, que buscaba precisamente cerrar las heridas entre facciones. Por eso no es de extrañar que las primeras películas sobre el tema aparecieran a principios de la década de 1930.

“A lo largo de la historia del cine nacional son muchos los mexicanos revolucionarios que llamaron la atención: Madero, apóstol de la verbigracia; Zapata, el caudillo del Sur y Porfirio Díaz; pero sólo Pancho Villa se convirtió en mito”, apunta Andrés de Luna en su libro “La batalla y su sombra. La Revolución en el cine mexicano”.

La imagen de Francisco Villa ha sido reevaluada en el cine contemporáneo. Foto: INAH

La película con la que el tema revolucionario entra al cine mexicano se llama, precisamente, “Revolución”. Dirigida por Miguel Contreras Torres, se trata de una cinta que busca no quedar mal con nadie, sumando facciones enfrentadas entre sí en un discurso que quiere la reconciliación nacional.

Todo lo contrario es lo que busca “¡Vámonos con Pancho Villa!”, una de las mejores películas de la historia del cine mexicano, la cual sigue las andanzas de los siete Leones de San Pablo, un grupo campesino que se suma a las filas revolucionarias por una verdadera devoción hacia el Centauro, tras verlo repartir maíz entre la población.

Sin embargo, conforme avanza el largometraje dirigido por Fernando de Fuentes, los leales seguidores se van desencantando de Pancho Villa, quien es retratado como un hombre frío, inalcanzable pero, sobre todo, vengativo. 

“Villa deja de ser un simple héroe a la altura del cine, se le disecta a través de sus relaciones con Los Leones y se le descubre como un general populista y atrabiliario con un cierto sentido de la amistad y con una ceguera social absoluta. Sus yerros rebasan en mucho a sus méritos en campaña”, describe Alma Delia Rojas en la charla “Una revolución y un héroe: Pancho Villa en el cine mexicano de los años treinta”.

La adaptación fílmica de “Los de abajo”, novela revolucionaria de Mariano Azuela, retrató la corrupción que existía en las tropas de la División del Norte, mientras que en “La justicia de Pancho Villa”, de Guillermo Calles, el militar es degradado al papel de un burócrata obsesionado con la tecnología y de gatillo fácil, que no duda en fusilar a quienes considera potencialmente peligrosos.

En los años posteriores, ya en la década de los 40, la figura de Francisco Villa es dignificada en el cine nacional. Prueba de ello es la trilogía hecha por Ismael Rodríguez y estelarizada por Pedro Armendáriz, cuyo epílogo es “Cuando ‘¡Viva Villa!’ es la muerte” y que muestra una extraña narración, protagonizada por la cabeza del propio general.