CULTURA

Milan Kundera: la historia detrás del escritor checo que dejó "La Broma" y la "Insoportable levedad del ser" como legado

El autor falleció a los 94 años de edad

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El autor fue una de las voces más representativas de su épocaCréditos: Editorial Tusquets

Milan Kundera era extremadamente cuidadoso de expresar pesimismo u optimismo. Para él, una novela no debía afirmarse ante ninguna tendencia, lo más importante era plantear interrogantes.

“No sé si mi nación perecerá y tampoco sé cuál de mis personajes tiene razón. Invento historias, las pongo frente a frente, y por este procedimiento hago las preguntas. La estupidez de la gente procede de tener respuesta para todo. La sabiduría de la novela procede de tener una pregunta para todo”.

Con esas palabras, reveló a Philip Roth, en 1980, lo que prácticamente sería el motor de su vida desde aquel decisivo año de 1975, cuando el escritor, quien había nacido en Checoslovaquia, decidió irse a vivir a Francia con su esposa Vera. Como si de la vida personal quisiera olvidarse, o no fuera importante, Kundera no hablaba en público, si bien no vivía escondido, prefería la vida discreta, alejado de la prensa y cuando en pocas ocasiones, revelaba sus opiniones, partían exclusivamente de la literatura.

La novela más exitosa del escritor es "La Insoportable levedad del ser".

Buscaba mostrarse neutral en sus mensajes

“En un mundo edificado sobre verdades sacrosantas, la novela está muerta. El mundo totalitario, básese en Marx, en el Islam, o en cualquier otro fundamento, es un mundo de respuestas, en vez de preguntas. En él no tiene cabida la novela. En todo caso, me parece a mí que hoy en día, en el mundo entero, la gente prefiere juzgar a comprender, contestar a preguntar. Así, la voz de la novela apenas puede oírse en el estrépito necio de las certezas humanas”, agregó con Roth, el escritor fallecido a los 94 años.

Kundera fue un hombre del siglo XX, con todas sus contradicciones y vaivenes: nació el 1 de abril de 1929; su país, Checoslovaquia tenía diez años de haber surgido, y una década después volvería a desaparecer para nuevamente aparecer en los mapas entre 1945 y 1992. En medio de ese balanceo estaba el escritor, quien había crecido en una familia culta de Moravia, dedicada a la música.

Fue un entusiasta, como todos en su época, del régimen comunista y simpatizante del estalinismo. Aún en su país, se convirtió en un intelectual del régimen hasta que en 1968 llegó la invasión soviética que aplastó la Primavera de Praga, cuando sus obras son prohibidas en Checoslovaquia y pierde su trabajo como profesor. Los problemas habían comenzado en 1950 cuando fue expulsado por primera vez del Partido Comunista.  

Fue una de las figuras más representativas de las letras. FOTO: Archivo

Feu crítico y seguidor del comunismo

En 1967 escribió “La Broma”, una sátira del comunismo estalinista que se tradujo a más de 20 idiomas; en 1970, le echaron definitivamente del Partido y eso significó vivir al margen. Pero de eso, Kundera quiso ya no hablar: a sus editores les insistía que en sus obras sólo incluyeran un escueto perfil: “Milan Kundera nació en la República Checa y desde 1975 vive en Francia”.

Hasta 1980 enseñó literatura comparada en la Universidad de Rennes y, más tarde, en la École des Hautes Études de París. A partir de 1993 decidió escribir sus obras en francés. Antes, en 1984 escribió su obra más conocida y que marcó a toda una generación: “La insoportable levedad del ser”, que apenas un año después fue traducida al español y publicada por Tusquets. De ella, ha vendido más de un millón de ejemplares.

También autor de relatos, poesía, teatro y ensayo, Milan Kundera escribió su última novela en 2013, “La fiesta de la insignificancia”. Para entonces, el autor de “La inmortalidad” (1988) ya se había reconciliado con su país natal: Kundera recuperó la nacionalidad checa que el régimen comunista le había arrebatado en los 70; su país, también, le concedió el Premio Nacional de Literatura en 2008 y el Premio Kafka en 2021. Como si de un sello de amor se tratará, el escritor y su esposa decidieron donar los libros y su archivo a la biblioteca de Brno, la ciudad natal Kundera.