El 29 de junio es uno de los días más importantes para la religión católica, pues está reservado a celebrar la solemnidad de dos personas consideradas como pilares de la fe y las enseñanzas de la Iglesia.
Se trata de los apóstoles San Pedro y San Pablo, a quienes se recuerda en esta fecha desde el año 258. La festividad dedicada a ambos santos en Constantinopla, sin embargo, estaba fechada el 28 de diciembre.
La celebración de San Pedro y San Pablo se originó cuando los restos de ambos apóstoles de Jesucristo fueron trasladados a la Vía Apia ad Catacumbas, en Roma. Otra versión señala que se les festeja juntos debido a que ambos fueron ejecutados el mismo día, aunque el propio Vaticano señala que no existen pruebas de ello.
San Pablo, el apóstol ante las naciones
La vida de Saulo de Tarso, luego renombrado por Jesucristo como Pablo, nombre latino que se puede traducir como “pequeño” u “hombre humilde”, ha sido un ejemplo de conversión y fe a lo largo de los siglos.
Nacido en Tarso de Cilicia, en la actual Turquía, probablemente en el año 8, Saulo estudió la doctrina judaica, la cual defendió con pasión. De hecho, se unió a un grupo de extremistas que perseguían a los seguidores de Jesús, a quienes consideraban herejes.
Saulo participó en la muerte de San Esteban, el primer mártir cristiano, pero de camino a Damasco, tuvo una visión que cambió su destino. El mismo apóstol cuenta en la Biblia que fue reclutado por el mismo Jesucristo para su causa.
Su ministerio fue ejecutado más allá de las fronteras de Jerusalén, llevándolo a distintas ciudades del Medio Oriente e incluso a la actual Grecia. Además, su labor como organizador y preceptor de las incipientes congregaciones cristianas, fue importante para la difusión del mensaje.
Hacia el año 58, durante la celebración del Pentecostés, fue apresado en Jerusalén. Haciendo valer su ciudadanía romana, se salva de los azotes y es trasladado a Roma, donde vive en semireclusión hasta el año 61, cuando los cargos que pesaban sobre él son retirados.
Sin embargo, cinco años más tarde durante el reinado de Nerón, San Pablo es nuevamente apresado y finalmente decapitado en el año 67.
San Pedro, el príncipe de los Apóstoles
Considerado uno de los pilares más importantes del cristianismo, San Pedro fue un sencillo pescador que, sin embargo, se convertiría en una pieza clave del ministerio religioso de Jesucristo y su predicación en el mundo antiguo.
Nacido bajo el nombre de Simón, fue uno de los primeros llamados por Jesús para seguir su apostolado, junto a su hermano Andrés. De acuerdo con los relatos bíblicos, fue testigo ocular de algunos de los milagros más importantes del mesías, además de líder de las congregaciones cristianas tras la partida de Cristo.
En numerosas ocasiones se encuentra con San Pablo en Jerusalén. Suele tener conversaciones apasionadas sobre el ministerio de Cristo, siempre saldadas de la mejor manera para beneficio de sus seguidores.
Se dice que San Pedro se estableció en Roma y cayó preso durante la persecución hecha por Nerón en el 66. En el año 67, fue ejecutado el mismo día que San Pablo, un 29 de junio y, según la tradición católica, crucificado de cabeza para que los cristianos no lo confundieran con Jesucristo.
Hoy también se celebran:
- San Casio
- Santa Emma
- San Siro
- Beato Raimundo Lulio