Figura durante los primeros años de la Iglesia Católica, a San Cirilo de Alejandría se le debe uno de los primeros y más importantes dogmas de fe de esta religión: el que señala a la Virgen María como Madre de Dios.
Se cree que San Cirilo nació en Alejandría entre los años 370 y 380, en el seno de una familia que profesaba con ahínco la fe católica. Desde muy joven, y seguramente influenciado por su tío Teófilo, estuvo interesado en la vida religiosa.
Participó en el llamado “sínodo del Roble”, que concluyó con la deposición del obispo Juan de Constantinopla, el cual permitió que la sede obispal de Alejandría venciera a su histórica rival en ese momento.
En el año 412, tras la muerte de su tío, Cirilo fue elegido como obispo de Alejandría. Pocos años después enfrentó una de las polémicas más intensas del catolicismo, cuando Nestorio, obispo de Constantinopla, comenzó a llamar a María madre de Cristo, negando con ello la naturaleza divina del hijo de Dios.
Esta lucha llevó a San Cirilo de Alejandría a pasar incluso algunos meses en la cárcel, pero luego, con la celebración del Concilio de Efeso, la perseverancia y mayor estudio del santo le permitió fijar para siempre el dogma de fe que reconoce a la Virgen María como Madre de Jesucristo en su doble naturaleza, divina y humana.
San Cirilo de Alejandría tuvo una vida larga e inspiradora, pues murió en el año 444, a una edad entre los 64 y los 74 años, muy alta para la época.
¿Qué significa el nombre de Cirilo?
Cirilo es un nombre de origen griego que deriva de la palabra kyrios, la cual puede traducirse como “señor”. También tradicionalmente se suele interpretar como “aquel que es un gran rey”.
Hace algunos años, el Papa Benedicto XVI se refirió a él como uno de los grandes defensores del verbo encarnado, cuya obra resultó ser un pilar de la fe católica a lo largo de los siglos, pues permitió derrotar las dudas impuestas por algunos jerarcas orientales.
Aunque no existe una advocación particular para San Cirilo de Alejandría, su vida y su testimonio de fe sirve como inspiración para quienes desean reflexionar sobre la naturaleza de lo humano y lo divino.