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Caso: Ténoch Huerta y María Elena Ríos: ¿Qué tan real es lo que se puede afirmar en redes sociales?

Cada palabra que afirmas puede tener un gran impacto

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¿Qué tan complejo es decir la verdad en redes?.Créditos: El Heraldo Media Group

“¡Usted es un hombre blanco rico, no puede ser una víctima!” eso le dijo una reportera del Columbia Journalism Review, al abogado Alan Dershowitz, en algún momento en que le negó un espacio para hablar sobre un libro que él acababa de publicar sobre la situación israelí.

La historia de Alan Dershowitz, para los que tengan ya cierta edad mejor tiene que ver con una cinta llamada El caso von Bülow, donde Ron Silver hace el papel de Alan Dershowitz, un abogado liberal muy exitoso, el cual es un poco el defensor de las causas perdidas y también de las que pérdidas de todo tipo.

Un abogado de dudosa reputación

Alan fue el defensor de Mia Farrow, pero también lo fue de Harvey Weinstein, de OJ Simpson y de Claus von Bülow,  un hombre acusado de haber matado a su esposa con una sobredosis de insulina para heredar su fortuna y que pues parecía tremendamente culpable, pero curiosamente resultaba que había muchos indicadores de que probablemente no lo era.

Dershowitz  entendió esta situación como un reto jurídico fascinante esta idea de tratar de defender a Claus von Bülow fuera culpable o no. Su alegato fue: “yo parto generalmente de la premisa de que mis defendidos son culpables, si no lo son, me sorprenderán gratamente pero yo parto de la premisa de soy un abogado y mi chamba es hacer mi trabajo lo mejor posible; sean culpables o no y ni siquiera quiero saberlo”.

Resulta que muchos años después, Jeffrey Epstein, un escandaloso financiero que ocasionó la caída de las gracias de la monarquía británica del príncipe Andrés de Inglaterra, fue acusado de abuso sexual y de trata de mujeres y empezó a sufrir un proceso judicial muy importante, pues una de sus víctimas de nombre Virginia Giuffre que había sido víctima de abuso sexual durante muchísimos años, no solo a manos de Epstein, sino de muchísimas otras personas, entre éstas del propio Alan Dershowitz.

El precio de las mentiras

Después de un proceso mediático y judicial importante, se descubrió que no solo no le había ofrecido los favores de esta mujer, sino que Virginia Giuffre y Alan Dershowitz nunca se conocieron, nunca estuvieron en la misma habitación hasta que hubo ese juicio y resultó que había todo una estrategia que reunía a un medio de comunicación, el Daily Mail, a una editorial y a unos abogados para extorsionar a una serie de personas haciendo acusaciones en falso, buscando tener un negocio.

Esto no hace menos víctima a Virginia Giuffre, pues sí fue abusada por Epstein y de otros, pero no hace menos víctima a Dershowitz, es un hombre que sin conocer siquiera a la persona que lo acusaba, sin haber nunca compartido el mismo espacio físico fue acusado de abuso sexual.

Y este uno de los casos paradigmáticos, para hablar acerca del debido proceso y de la presunción de inocencia y de lo importante que son estos temas, pero también es una premisa importante para hablar de revictimización, de cómo de alguna manera el tener que probar su caso para una víctima de abuso sexual pues le hace revivir todo el proceso de abuso y la suspicacia del sistema de impartición de justicia de los medios de comunicación y luego la pinche complejidad se incrementa más cuando a quién se le niega la posibilidad de ser una víctima es a un hombre que no es rico y no es blanco. 

Caso Ténoch Huerta

De acuerdo con el escritor Nicolás Alvarado, a diferencia de Alan Dershowitzn, Ténoch Huerta es un hombre de piel muy morena que viene de la clase media baja y si, habla acerca de su piel, no es porque a Nicolás le importe, sino porque al propio Ténoch le importa de manera muy sobresaliente.

Quizá por ello, se convirtió en fundador de un colectivo que se llama Poder Prieto, que agrupa a distintos actores, modelos y otras figuras públicas de piel oscura para pugnar por su mejor representación en los medios de comunicación, en el cine, en el teatro, en la música y en la moda argumentando que las personas de piel blanca, han cooptado las representaciones narrativas de estos campos y que las personas de piel morena tienen el mismo derecho y una necesidad de resarcir, digamos un desequilibrio histórico en su detrimento.

Este actor súper famoso que estaba apunto de irse a filmar a España, de pronto es denunciado por la saxofonista Elena Ríos, quien fue su ex pareja como un depredador sexual, pero no es denunciado en un tribunal, sino en redes sociales ¿por qué es denunciado en redes sociales? porque originalmente hay un desaguisado entre Poder Prieto y Elena Ríos por los derechos de transmisión de un podcast es decir por algo que no tiene nada que ver ni con sexo, ni con género, ni con origen étnico racial, sino con los derechos de transmisión de un podcast al que habían invitado a Elena Ríos.

Poder Prieto argumenta que ellos no son los titulares de los derechos y no les toca pagarle a María Elena, ella dice que si son los titulares de los derechos y les toca pagarle, se arma un pleito en Twitter y a partir de esta pelea Elena Ríos dice, “..y además Tenoch Huerta es un depredador sexual que alguna vez en un encuentro sexual conmigo se retiró el condón sin pedirme permiso y eso es constitutivo de delito en otros países y eso habla de él como alguien que ejerce violencia sexual contra mi”.

Denunciar en redes

 Huerta sale a decir automáticamente: “yo no soy culpable de violencia sexual contra ella, yo no soy un depredador sexual. Fuimos pareja durante algún tiempo y no estamos juntos ya, pero yo no le hice nada y eso es mentira”. Otra vez, Ténoch hace esto en redes sociales y en ningún otro espacio, y lo que sigue es que Netflix que era la casa productora de la película que estaba por empezar a filmar anuncie que el actor renunció a protagonizar esta película y que se va a concentrar en limpiar su buen nombre.

Mientras tanto, pues ya se hizo un caos en redes sociales, porque insultos van, insultos viene, no solo entre Elena Ríos y Poder Prieto sino entre defensores de uno y otro actores, se vuelve a amenazar, se revictimiza a Elena Ríos. Lo que tenemos es un escándalo que alimenta el chisme, pero que a decir de Nicolás habla de una crisis importante en el sistema de impartición de justicia, es decir, ninguno de los dos personajes está confiando en el sistema impartición de justicia para dirimir sus diferencias y para que se haga justicia, hay una crisis del debido proceso de la noción de presunción de inocencia de manera muy, muy importante.

Y para hablar de este complejo tema, el también periodista invitó a Maite Azuela, politóloga y analista, para hablar de la crisis de la noción del debido proceso y de la presunción de inocencia en medio de esta crisis de impartición de justicia en los medios de comunicación.

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Para Maité Azuela, el caso de Elena y Tenoch es paradigmático, pero poco se puede concluir, pues no existe información verídica y de primera mano, es decir, no somos ni ella ni él, no sabemos si esto sucedió o no sucedió, pero tenemos a la mano un montón de información en redes sociales que suele ser desinformación y que puede convertir al tema en un debate de externos.

La especialista señala que este es un contexto justamente complejo porque por un lado traemos una larguísima historia de violencia contra las mujeres que ha sido tardíamente atendida por las instituciones y por la sociedad, lo cual quizá hizo que las víctimas recurran a las redes sociales como una herramienta para hacer justicia y decidieran no recurrir a las instituciones judiciales para llevar a cabo el debido proceso, aunque no es la única vía para ejercer justicia.