La búsqueda de la felicidad es uno de los grandes tormentos de nuestra existencia, cómo podremos hacer para ser felices, qué nos hace falta, qué paso nos saltamos, qué nos complementa. Pero si retomamos el ejemplo del bebé, que sonríe porque sabe que existe y esa existencia ya es un motivo de felicidad, entonces podemos dejar de buscar.
Es necesario buscar rituales que nos lleve a sentirnos plenos y así, poder mejorar el entorno. Ya los expertos han afirmado que la felicidad es un estado intrínseco de la mente y de las emociones, algo que ya existe, con lo que nacemos. Es por ello que debemos salir en búsqueda de ese sentir.
¿Cómo encontrar la felicidad?
Con el paso del tiempo y la conciencia, vamos perdiendo ese equilibrio nato, y el resto de nuestra existencia tratamos de alcanzar la felicidad plena. El error que cometemos, de acuerdo a los expertos, es que la sociedad nos mentaliza para creer que este equilibrio, esta felicidad, está en los factores externos, que sólo se puede recuperar con situaciones.
Muchos creen que el ritual a alcázar es el de tener mucho más dinero, amor, éxito y todo aquello pautado por márgenes que no corresponden con nuestro equilibrio natural. De ahí que la ansiedad por la obtención y la acumulación se transforme en una ‘búsqueda de la felicidad’, que más allá de mantenernos motivados, nos llena de ansiedad.
Si desenfocamos esta atención en la falta y la ponemos en el interior, en el redescubrimiento de nuestro propio ser, el panorama cambia radicalmente; he ahí el camino al desapego: vivir en el momento presente, con la satisfacción de beber un rico café, leer un buen libro, dar un paseo bajo el sol, disfrutar un día en la playa, pasar un día en casa viendo series. La felicidad se lograr cuando estamos totalmente libre de ambiciones y aspiraciones.
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