MÚSICA QUE MARCÓ HISTORIA

Entre alucinógenos y sudor, así fue el show de Carlos Santana, el mexicano que tocó en el Woodstock

El nacido en Jalisco tocó en este mítico festival, presentación que ofreció bajo los efectos lisérgicos de la mescalina

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El guitarrista es nacido en Jalisco Créditos: Foto: AFP

En la historia de la música hay diversos sucesos que han dejado una marca dorada debido a su trascendencia, uno de ellos ocurrió en el año de 1969, cuando se llevó a cabo uno de los festivales más icónicos de todos los tiempos, así como uno de los más concurridos; hablamos del Woodstock, festival de tres días que congregó a más de 35 exponentes de la escena internacional y a aproximadamente 500 mil personas, siendo así uno de los eventos sonoros más concurrido de todos los tiempos.

El cartel de talentos estuvo compuesto por exponentes como The Who, Creedence Clearwater Revival, Janis Joplin, Jimi Hendrix, Richie Havens y Sweetwater, por mencionar algunos, pero entre estos destacados artistas también se hizo presente el talento mexicano, esto gracias a Carlos Santana, quien hizo una participación memorable en este evento con duración de tres días.

Carlos Humberto Santana Barragán, mejor conocido simplemente como Carlos Santana, nació en el municipio de Autlán de Navarro en el estado de Jalisco y desde temprana edad supo que quería dedicarse a la música, aunque seguramente en sus inicios nunca imaginó que sería parte del festival más grande de la historia.

Talento mexicano en Woodstock

Santana emigró a los Estados Unidos a inicios de los sesenta y desde que comenzó en la industria sonora se mostró fascinado con los sonidos del blues, por lo que no tuvo que dudarlo mucho para hacerse de su propia agrupación, fue así que en 1966 fundó Santana Band, misma que de inmediato comenzó a tener un relevado eco dentro del circuito sonoro de la Costa Oeste. 

A pesar de que esta agrupación ya había tenido recitales en diversos escenarios, lo cierto es que nunca se había presentado ante una multitud tan grande, por lo que presentarse en El Festival de Música y Arte de Woodstock fue todo un reto, especialmente porque durante la tarde de aquel sábado 16 de agosto de 1969 una intensa tormenta se desató durante el arribo de la banda liderada por el guitarrista mexico-americano.

Las imágenes que han hecho historia respecto a este inolvidable evento musical y artístico atestiguan que la lluvia, contrario a ser un suceso caótico, despertó el espíritu hippie de los presentes, quienes en contacto con la naturaleza se dejaron llevar por el agua en constante caída al mismo tiempo que muchos de ellos experimentaron diversos estímulos sensoriales activados por las drogas, pues al aproximadamente el 90 por ciento de los presentes estaban bajo los efectos de la marihuana, mientras que de igual forma un elevado número de ellos funcionaban esta hierva con drogas alucinógenas como la mescalina, presente en los hongos, peyote y en el LSD.

Un cambio de horarios lo obligó a tocar drogado

Los presentes han contado que al momento de que el artista con sangre azteca encendió sus amplificadores y bocinas el cielo se despejó, como si se tratara de un suceso celestial o sacado de una alucinación, pues se sabe que Carlos Santana se encontraba bajo los efectos de la mescalina, esto debido a que les cambiaron el horario de la presentación, ellos iban a tocar a las dos de la mañana, pero terminaron tocando a las dos de la tarde, momento en el que Carlos Santana se encontraba a punto de ascender al punto cumbre de esta sustancia con propiedades psicodélicas y alucinógenas.

De acuerdo con la recopilación de una entrevista publicada por el New York Time, el joven artista con alocada melena dijo a sus compañeros que tenían que tocar en el momento que se les estaba indicando, de otra forma ya no podrían subir al escenario: “Estaba muy drogado para ese momento, pero me aferré a mi fe y a lo que me enseñó mi mamá, sólo les pedí (a los músicos) ‘ayúdenme a tocar afinado y a tiempo’”, reveló Santana respecto al magistral recital que ofreció en el mítico Woodstock, en donde su banda homónima destacó con su interpretación de "Soul Sacrifice", melodía que los hizo destacar a pesar de que no eran una de las bandas más conocidas del evento, pues ellos fueron añadidos al festival gracias a que su manager Bill Graham era el promotor de conciertos más poderoso del país en ese momento y los impuso en el cartel, generando así un show histórico.

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