PANORAMA SOCIAL

Alejandro Ramírez, el guía de Cinépolis que lo forjó de México para el mundo

Un ejemplo de constancia, trabajo y compromiso con México y su gente

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Un ejemplo de constancia, trabajo y compromiso con México y su gente Créditos: Twitter / @Alejandro_Ramz

Comprometido con tener un impacto positivo en la vida de las comunidades marginadas, Alejandro Ramírez estudió Economía y Desarrollo en una de las universidades más prestigiosas del mundo y ha trabajado con importantes instituciones internacionales –incluyendo el Banco Mundial y las Naciones Unidas–centradas en combatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de los necesitados. Cuando estaba por aceptar un puesto muy codiciado en la ONU, tomó una decisión inesperada: “Decidí regresar a casa. México es un país con gente maravillosa y creo que tiene un futuro prometedor”, dijo.

Su entrega a la justicia social se arraigó en él cuando todavía era un niño. Recuerda haber acompañado a su abuelo –fundador de la cadena de cines que se convertiría un día en Cinépolis– a un viaje de trabajo cuando tenía solamente siete años. Viajaron a lo largo del país en una avioneta bimotor de cuatro pasajeros para supervisar, desde Aguascalientes hasta Nogales, los cines que la compañía tenía en esa época. Un viaje intenso para un niño pequeño, que sin embargo, le enseñó muchísimo. “El ejemplo que me dio mi abuelo de trabajar con intensidad, pasión, entusiasmo y constante preocupación por el bienestar de los trabajadores tuvo en mí una influencia enorme. Mi abuelo se sabía el nombre de cada uno de sus cientos de empleados, para él eran todos igual de importantes”, explicó.

De sus padres aprendió el valor de estudiar, de trabajar duro y el compromiso con el esfuerzo; pero también la importancia de comprender que aquellos que han tenido más oportunidades también tienen una mayor responsabilidad con los menos afortunados. Estos valores lo formaron y en definitiva contribuyeron a su decisión de regresar al negocio familiar. “Mi abuelo ya me había pedido que regresara, pero después mi papá me llamó y me dijo que la mejor manera de combatir la pobreza es creando riqueza. Me dijo que había llegado el momento de dejar de analizar la pobreza y empezar a crear trabajos para México”, explicó Alejandro.

Se incorporó al negocio familiar en 1996 y ha sido director general por más de una década, supervisando su reestructuración y el crecimiento internacional que ha hecho que Cinépolis se convierta en la empresa cinematográfica más grande de Latinoamérica, y la cuarta más grande del mundo. En un mundo acelerado y globalizado en donde todo corre el riesgo de volverse irrelevante, él aboga por la constante mejora personal. “Tienes que mantenerte conectado con el mundo del saber y aprender a lo largo de toda la vida. Con convicción y compromiso, los sueños se pueden alcanzar”, finalizó.

 

Por Rocío Marfil

Foto: Cortesía

MAAZ