"EL CHISTE ES BUSCARLE"

"¿3500 pesos por una carta de Yu-Gi-Oh?": los tesoros escondidos en el Rock Show del Metro Hidalgo

En este punto en el corazón de la CDMX se reúnen los amantes de los juegos de cartas, algunos treintones y otros no tanto...

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Si sabes buscar, puedes comprar con pocos pesos, cartas especiales que normalmente valen cientos o miles.Créditos: Olivia Vázquez Herrera

La cita era a las 13:00 horas del sábado en el Rock Show, un espacio escondido detrás del Metro Hidalgo de la Ciudad de México que desde hace varios años es punto de encuentro para los jugadores y coleccionistas de las cartas. Una noche antes, nos pusimos de acuerdo por Facebook Messenger con el chico que le vendería a mi esposo las cartas que le faltaban para sus decks de Yu-Gi-Oh!

Los vendedores-compradores de Yu-Gi generalmente se ponen de acuerdo por Messenger. Foto: Cortesía Erick Villarreal

La última vez que fui al Rock -cuyo nombre oficial es Plaza de la Solidaridad- fue allá por 2006, cuando estaba en la preparatoria, porque en esos tiempos jugaba cartas y era la primera opción para conseguir las que te faltaban pues, al ser estudiante, no tienes el suficiente dinero para ir y comprar los sobres o cajas en las tiendas especializadas que se ubican principalmente en la Friki Plaza o Plaza Atenas, en Eje Central.

A 17 años de distancia, uno pensaría que las multitudes que se juntaban en ese entonces en el Rock Show ya eran historia, pero la realidad es que no. El popular juego de cartas sigue vigente y ahora no solo van los adultos treintones que ya trabajan y pueden comprar costosos decks (mazos de cartas), sino que muchos jóvenes -quizá preparatorianos- llegan cargados de “latas” y carpetas con la intención de vender o comprar desde cartas comunes hasta las ediciones más exóticas o en otros idiomas.

El Rock Show se encuentra a un costado del Museo Mural Diego Rivera. Foto: Cortesía Erick Villarreal

¿De verdad pagan miles por cartas?

Como el vendedor avisó que venía un poco retrasado, no desperdiciamos la oportunidad de revisar las cajas y carpetas de algunos chicos (y otros no tanto) que estaban en las jardineras, justo en la entrada de un tristemente olvidado Museo Mural Diego Rivera, cuyo guardia constantemente pide que desalojen la puerta. 

-”¡Ah, esa no la tengo! ¿Cuánto cuesta?”, le preguntó mi esposo a uno de los muchachos que se dividía entre todos los que buscaban algo en sus carpetas.

-”Esa edición especial del Mago Oscuro, si ya te la llevas, te la dejo en 3500”, le contestó.

No pude evitar gritar “¡¿3500 pesos por una cartita de Yu-Gi?!” ante la mirada de todos los que creyeron que tenían enfrente a una neófita en el popular juego de cartas japonés. Y la realidad es que no soy nueva en esto, pero sí que fue una sorpresa el escuchar el estratosférico precio de la tarjeta, porque "en mis tiempos" lo más que pagábamos eran unos 300-500 pesos por la caja, la caja, no por una sola carta…

Esta carta especial del Mago Oscuro se vende en miles de pesos. Foto: Especial

Evidentemente mi esposo no la compró y siguió buscando una edición más económica, la cual finalmente encontró en 50 pesos con un señor al que -además- le vendió algunas cartas que "no le servían". Sin embargo, me dijo que sí hay quienes lo pagan pero solo lo hacen para coleccionar o revenderla aún más cara en grupos especializados o por internet. 

Revisando en Facebook, encontramos un vídeo en el que cuentan que la carta de Yu-Gi-Oh! más cara se vendió en 2013 en dos millones de dólares, pero se trataba de una edición especial del Soldado del Brillo Negro, hecha de acero inoxidable y con una cubierta dorada que formó parte del premio que le dieron al ganador del primer torneo oficial del juego en 1999.

Ya no es juego para treintones, muchos centennials también frecuentan el Rock Show

Me sorprendió ver la cantidad de personas que se reúnen cada sábado en el punto, a espaldas de la Alameda Central y del Metro Hidalgo, donde los fines de semana no solo hay puestos de comida, sino también de cómics, manga, legos, funkos, playeras y otras figuras de colección que se asemeja mucho al paraíso geek.

Hay de todas las edades, desde aquellos que ya trabajan y pueden comprar prácticamente lo que necesitan para sus decks hasta aquellos jóvenes estudiantes que aprovechan lo que les dan sus papás de gasto o lo que reciben de beca para derrochar en el juego de cartas. 

Generalmente, los vendedores llevan sus cartas en carpetas, para que sea más fácil revisarlas. Foto: Olivia Vázquez Herrera

Algunos son relativamente nuevos y compran con el primer vendedor que hallan, sin comparar precios. Pero, los más experimentados, van de jardinera en jardinera preguntando, revisando y cotejando dónde les conviene más. Porque, con un poco de suerte, pueden encontrar joyas entre los montones de 5 o 10 pesos y armarse de un buen mazo para jugar con sus amigos o en los torneos que se organizan en la Friki Plaza o en Plaza Atenas, o en los torneos que tienen lugar cada cierto tiempo en las convenciones, cómo la TNT, que se realiza en el Centro de Convenciones Tlatelolco. 

-"¿Siendo sinceros, cuánto le inviertes a tu juego cada sábado?", le pregunté a mi esposo mientras nuestro pequeño hijo de cinco años veía las figuras de las cartas y pedía que se las compráramos para jugar también. 

-"No más de 300 pesos, el chiste es buscarle", contestó mientras le avisaba por Messenger al vendedor con el que había quedado en un inicio que estaba en la entrada del museo.

Hay cartas desde 5 pesos hasta las que se venden en cientos o miles de pesos. Foto: Olivia Vázquez Herrera

Finalmente llegó el chico, no le calculo más de 30 años, y le dio una caja dorada con unas 50 cartas. Las revisó y le dio un billete de 200 y el joven le dio algunas monedas de cambio. Luego me las pasó y me pidió que las volviera a checar para confirmar que no hubiera alguna doblada, maltratada o en otro idioma que no fuera Inglés o español, porque le han tocado mazos con tarjetas en alemán, portugués o japonés, y en los torneos no las aceptan a veces.

Todo estaba en orden, así que guardé la caja en la mochila. Se despidió y me dijo que había sido una ganga, y que con eso ya tenía suficiente para complementar sus dos preciados tesoros: un deck del Mago Oscuro y el otro del Dragón Negro de Ojos Rojos. Los nombres me resultaron familiares, porque obvio vi la caricatura -hace muchísimos años- y además tenía vagos recuerdos de cuando jugaba Yu-Gi en las mesas del patio secundario de la Prepa 2 de la UNAM, allá por el 2005.

Muchos entregan los mazos en latas doradas que reutilizan. Foto: Olivia Vázquez Herrera

Sin duda, salimos del Rock Show con joyas que en otro lado habrían costado varios cientos de pesos, pero -en efecto- la inversión no fue de más de 300 pesos y eso le ayudó a ganarle al día siguiente a su amigo, con el que suele juntarse a jugar Yu-Gi-Oh! mientras atienden un local de cómics y manga en la Friki Plaza.

 

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