¿Superstición o realidad? Esto es lo que se cree en torno a los eclipses

Desde hace miles de años, la humanidad ha querido dotar de significado a los fenómenos naturales. Los eclipses son de los más llamativos y, por tanto, son protagonistas de numerosas leyendas, mitos y tradiciones.

Este 20 de abril ocurrirá el primer eclipse del 2023 y será un fenómeno híbrido entre anular y total, por lo que es muy especial, además de ser el primero del 2023 y con el que da inicio la temporada de eclipses.

En la antigua China, por ejemplo, se creía que un dragón quería comerse al Sol, mientras que para los antiguos incas se explicaba con el hecho de que el astro rey estaba enojado con ellos, por lo que simbolizaba hambre y guerra.

Los romanos solían vincular los eclipses con las guerras, al igual que los aztecas y otras culturas antiguas en todo el mundo. Y aunque muchas de esas interpretaciones han evolucionado a lo largo del tiempo, hay otras que siguen muy vigentes.

Una de ellas tiene que ver con el embarazo, pues se dice que las mujeres que se encuentran en este estado no deben ver directamente el fenómeno astronómico, pues corren el riesgo de abortos súbitos o que sus hijos nazcan con malformaciones.

En el otro extremo, para algunos linajes gitanos el hecho de que los niños nazcan cuando hay un eclipse garantiza que tengan una inteligencia excepcional o habilidades especiales para la adivinación.

Una variante de esta superstición está muy arraigada en el País Vasco, pues en algunas localidades rurales se cree que los huevos que ponen las gallinas durante los días alrededor de este tipo de fenómenos pueden salir “hueros”, es decir, vacíos o sin yema, y pueden hacer daño al comerlos.

Algunos habitantes de la India creen que, durante los eclipses, los rayos del sol no tocan el suelo, por lo que los microbios pueden encontrar un mejor espacio para crecer y eso implica más y peores enfermedades. Por ello, muchos yogis sugieren ayunar durante el día del fenómeno.