"Ahorra y salte", es la dura reflexión que comparte la joven Aradia, trabajadora en el Hong Kong, al famoso influencer Gusgri, durante una entrevista para su canal en YouTube y donde narra a detalle cómo es trabajar en el table dance más famoso de México y uno de los lugares top 10 del mundo, para este tipo de centro nocturno.
Aradia, sin miedo y con mucha reflexión, cuenta cómo llegó a las puertas del Hong Kong después de vivir en Estados Unidos rodeada de lujos, gracias al trabajo de su padre, pero por una mala jugada del destino tuvieron que regresar a México, exactamente a una pequeña casa en la ciudad de Ensenada, en Baja California, donde padecieron malos ratos y tuvieron que salir adelante ella y su madre, después que su padre cayó en una depresión por perder todo y se refugió en el alcohol.
La joven cuenta que tuvo que abandonar sus estudios al finalizar la preparatoria para ayudar a su madre a pagar la renta y las cuentas diarias, y entre los trabajos que realizó en esa etapa de su vida en Ensenada fue tomando fotografías a turistas y comensales que llegaban a los antros, además de servir tragos en bares, hasta que un día una muy cercana amiga la invitó a dejar la ciudad y viajar a Tijuana para trabajar en un table dance llamado “La Chabela”. De inmediato, ambas chicas fueron contratadas en ese lugar y comenzaron a ganar dinero en efectivo, dólares y pesos mexicanos caían a sus manos solo por acompañar en la fiesta a traileros, polleros y algunos narcos de la zona.
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Los traileros solo quieren fiesta
Aradia confiesa que en “La Chabela” no se hacían servicios sexuales, solo acompañamientos y en muchas ocasiones se sintió presionada por polleros o narcos para ingerir algún tipo de droga, pero nunca aceptó y cuando la situación se ponía pesada, simulaba drogarse o simplemente se iba de la mesa. La joven cuenta que muchos de los traileros que llegaban a ese antro solo buscaban platicar y compañía para tomar un trago o cerveza, pues al tomar “la pastilla” para aguantar sus largas jornadas manejando sufrían de disfunción eréctil.
Llegó el día que Aradia se entrevistó con personal del Hong Kong; la observaron a detalle y modelando con poca ropa y sin más le dijeron; “ok, te puedes quedar a trabajar”. Pero le advirtieron que si subía de peso tendría que irse a una pequeña sucursal enfrente del club. Aradia platica que estas palabras las tomó muy en serio y se dedicó a esculpir su cuerpo al grado de lograr una masa muscular definida, pero tuvo un enorme problema al darse cuenta de que “para los hombres una mujer con músculos no es atractiva" y por ende no pagaban por un servicio.
Me veían mamada y no me querían, los hombres no quieren a las mujeres mamadas”.
"Tuve que pagar 100 dólares por faltar un día en el trabajo"
Después de lograr el cuerpo deseado por los clientes del Hong Kong, Aradia explica la vida dentro del antro y las facilidades que la institución da a sus trabajadoras, como vales de comida u hospedaje, con un pago moderado por esas prestaciones, además, cada chica o bailarina que presta un servicio sexual debe tener un ID de sanidad o carnet avalado por Salubridad, que mes con mes se actualiza para así evitar alguna enfermedad de transmisión sexual.
Ser mexicana mayor de edad, y, lo más importante, generar dinero para el lugar. La joven detalla que a la semana deben vender 100 fichas entre sus clientes o turistas que llegan al Hong Kong (el precio de una ficha comienza desde los 10 dólares). Si se vende una botella, la casa les puede contar de 15 a 30 fichas, depende mucho el precio de la botella, pero, según Aradia, en un día puedes hacer tus 100 fichas, pagar a la casa y todo el resto de la semana es ganancia para la empleada o descanso. Cada trabajadora decide qué hacer con su dinero y tiempo.
Hay chicas que por un servicio cobran mil dólares, depende el sapo, la pedrada”.
Lo que sí está muy claro en el Hong Kong es que los sueldos fijos no existen, todo es a base de propinas, y se debe tener buena relación con meseros y encargados para que te suban a bailar en horarios estelares y te sienten en mesas que gasten mucho dinero en bebidas y en servicios. Lo que los encargados dejan muy claro es que si no logras esa cuota de 100 fichas, las llamadas de atención comenzarán:
- Si de plano no ven que la trabajadora se adapta rápido, la despiden y le dan las gracias.
- El encargado comienza a cobrar las fichas a la empleada para así lograr su cuota.
- Si te ven futuro, te llaman la atención y lo dejan pasar una vez. Pero si no das las ganancias suficientes te ofrecen trabajar en otros bares de la zona.
"Estuve a punto de morir en las manos de un cliente"
Aradia confiesa que ella iba a trabajar al Hong Kong por dinero y no a buscar el amor o hallar un príncipe azul, y en una de sus mejores noches donde la fiesta, clientes buenos y una buena racha se juntaron, logró sumar 60 mil pesos a sus arcas. Y asegura que todo el dinero que ganaba en el table dance lo usaba para sus gastos diarios en Tijuana y la otra parte la mandaba a su mamá para ayudarla con la renta y los gastos de su familia.
"Es muy difícil encontrar el amor al trabajar en el Hong Kong, ahorra y salte"
Para finalizar la charla con Gusgri, Aradia narra el momento más dramático que tuvo en su vida como trabajadora sexual. Después de unos años dominando el ambiente laboral en el Hong Kong, Aradia se aventuró a buscar algo más estable, en este tipo de actividad, y vio la oportunidad cuando se abrió un nuevo club donde ofrecían un sueldo fijo, por lo tanto, decidió integrarse a las filas de este antro. Pasaron los días en su nuevo lugar de trabajo y la fiesta era tranquila, hasta que una noche un grupo de armenios llegó al club.
Solicitaron una suite con jacuzzi, botellas y algo de botana y el servicio de varias chicas, entre ellas Aradia. Cuando se presentaron con los extranjeros les pidieron que se metieran al jacuzzi, mientras ellos se “periqueaban” sobre unas mesas y dejaban sus bolsos con una fuerte cantidad de dinero en efectivo. Todo iba normal, hasta que una amiga de Aradia se levantó de la mesa y se fue a retocar al baño.
Aradia cuenta que al ver a su amiga irse y dejar su bolso en la mesa, a ella se le hizo fácil levantarse, agarrar la bolsa y alcanzarla al baño para dárselo. Lo que no se dio cuenta era que la bolsa estaba llena de dinero y pertenecía a uno de los armenios. Al hallar a su colega y amiga le da la bolsa, la abre y se sorprenden por la enorme cantidad de billetes que traían, de inmediato le dice que esa bolsa no era de ella, pasan unos minutos y de la nada irrumpe el armenio, agarra a Aradia, la sostiene del cuello y con toda su fuerza la mete al baño para estrangularla.
Dice que tuvo mucho miedo y en un momento sintió que perdía el conocimiento, mientras que escuchaba la voz del armenio decirle: “te vas a morir”. Segundos después entró un colega del armenio a calmar la situación, sueltan a Aradia y comienzan a contar el dinero del bolso y al darse cuenta de que no faltaba ningún billete se van como si nada, dejando a Aradia con miedo y al punto del desmayo.
Al final, Aradia confiesa que a pesar de lo duro que es trabajar en el Hong Kong u otros bares de este estilo, las ganancias llegan a valer la pena y si se tiene el objetivo bien definido de no engancharse o buscar problemas dentro y fuera del club y únicamente hacer dinero, las cosas salen bien. En México la prostitución es tolerada, en la Ciudad de México se otorgaron credenciales a un grupo de mujeres que las amparan ante el derecho de trabajar en la calle, como lo haría cualquier otra persona de cualquier profesión. De acuerdo con Brigada Callejera hay cerca de 800 mil mujeres mexicanas que ejercen la prostitución como su forma de trabajo no asalariado y con el cual mantienen a sus familias.
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