Perder a un ser querido es un golpe, del cual difícilmente muchas personas pueden reponerse al 100%, ya que existen muchas creencias alrededor del proceso del duelo, porque la naturaleza humana opone una resistencia innata a perder.
5 pasos del duelo
Tras la pérdida, es inevitable que el primer sentimiento que surja es la negación, el cual es un mecanismo de resistencia al dolor y también sirve para evitar la realidad. Este es el primer paso de los cinco que conforman el proceso del duelo.
La no aceptación es una manera de evitar la realidad, lo cual es normal durante el proceso del duelo, aunque los problemas inician cuando quien perdió un ser querido permanece demasiado ahí.
Después de la negación viene la ira, la negociación, la depresión y finalmente la aceptación. Aunque es fácil de decirlo, esta serie de pasos conlleva un tiempo indefinido y variable para cada persona.
Duelo transformador
Mario Guerra, psicoterapeuta y life coach señala que cuando una persona no acepta al duelo como un proceso que pueda transformar su vida, se pierde dos valiosas oportunidades.
La primera radica en utilizar al pantano de la tristeza como una forma de transformar su dolor en una nueva vida y la segunda, se refiere a la oportunidad de reconocer la importancia del ser querido fallecid@ en su vida, pues aunque ya no esté físicamente a su lado, es necesario reconocer lo que él/ella que dejó en sus seres queridos.
En este nuevo episodio de Maldita Comodidad, la coach Son Acosta conversó con Mario Guerra sobre el proceso del duelo que a decir del también escritor, es visto como una cueva que cruza por debajo de una montaña, donde al perder a un ser querido, cualquier persona puede entrar, pero muy pocos pueden salir transformados.
ESCUCHA por qué es importante sacar provecho del proceso del duelo como una manera de mejorar tu vida de la mano de Mario Guerra en este episodio de Maldita Comodidad
Cómo sanar un corazón roto al perder a un ser querido
De acuerdo con el experto, es normal que cuando una persona pierde a un ser querido experimente una oleada de emociones negativas, que van desde la culpa, el remordimiento hasta el enojo. Sin embargo, las convenciones culturales impiden hablar de dichas emociones, ya que se considera de mal gusto llorar demasiado o enojarse con una “persona que ya no puede defenderse”.
Al respecto, Mario Guerra aclara que este llanto o el enojo del doliente nada tiene que ver con la persona fallecida, sino que se relaciona con la emoción que el/la doliente siente por sí mism@. A decir del especialista, la mejor forma de sanar un corazón roto es construir un espacio seguro para sentir tristeza sin culpa siguiendo tres reglas básicas: no dañarse a sí mism@, no dañar a otro ni dañar al entorno activa o pasivamente.
La mejor forma de evitar este daño es mediante el llamado modelo dual que propone dividir el tiempo del/la doliente en varios periodos, uno enfocado a la tristeza plena y el otro a las actividades cotidianas; ambos tipos de periodos deben intercalarse a lo largo del día.
Por ejemplo, es recomendable dedicar unas horas del día a la nostalgia y el llanto, sin perder de vista las labores cotidianas. Con el paso de los días, este método permitirá al doliente regresar plenamente a sus actividades normales, pues los periodos de plena tristeza irán disminuyendo para dar paso a una nueva vida, ya que cuando una persona pierde a un ser querido nunca podrá volver a ser la misma.
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