A la orilla del corazón del barrio bravo de Tepito, en la zona centro de la Ciudad de México, se encuentra unos de los mercados más antiguos de la capital, se trata del mercado de La Lagunilla. Por décadas las calles de C. Comonfort, González Bocanegra, Matamoros, una aparte de Peralvillo y sobre Avenida Paseo de la Reforma llegan cientos de comerciantes a ofrecer sus tesoros más preciados.
Todos los domingos se ponen cientos de puestos que venden antigüedades como muebles de casa, cristalería fina, cubiertos de plata, camas de latón dorado, cómodas 100 por ciento de madera, cuadros o fotos de época o juguetes vintage. Todos son tesoros que un día fueron nuevos y por años lograron acumular historias y de mano en mano pasaron hasta llegar al mercado de La Lagunilla esperando que algún coleccionista o el mejor postor les dé una oportunidad para lucir en una vitrina.
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La Lagunilla es uno de los mercados más antiguo de CDMX
Durante un recorrido por sus calles sucias y llenas de historias, la youtuber Mónica fue testigo, local en local, de todo lo que se puede encontrar y comprar en La Lagunilla. Incrédula por los elevados precios de algunos muebles antiguos y por la calidad de algunos productos pirata, supuestamente de marcas de lujo, la joven conoció cómo es un domingo en esta zona altamente gentrificada por extranjeros, en los últimos años.
En La Lagunilla puedes encontrar y comprar marcas de lujo, nueva a precios altísimos o puedes buscar, por horas, entre los montones de ropa de paca, piezas de Banana Republic, Dolce & Gabbana, Carolina Herrera, entre otras, y solo gastar de 50 a 100 pesos. También puedes comprar el esqueleto de acero de una cama de la época victoriana con un precio de 50 mil pesos o unas lámparas vintage de la década de los 70 en mil pesos por pieza. Algunos coleccionistas han hallado cuadros originales de artistas y hasta existe el rumor que el boxeador mexicano Rubén “El Púas” Olivares llegó a vender sus guantes y cinturón de campeonato.
En La Lagunilla puedes encontrar ropa de marca a precios muy bajos
Otro producto que dio mucha popularidad al mercado de La Lagunilla son las micheladas y los tragos preparados en colores llamativos (azulitos, pitufos) mientras la fiesta es amenizada por Djs y decenas de jóvenes se agrupan para perrear y grabarse en modo selfie para documentar su domingo en redes sociales. La Lagunilla es el único mercado donde la gente no teme embriagarse en la vía pública, existe un cobijo entre comerciantes y autoridades para mantener una buena venta.
Esto ha logrado que las bebidas alcohólicas puedan convivir con esos puestos de comida callejera. En La Lagunilla puedes hallar comida de autor como en “La Tapperia de Comonfort” donde puedes comer parrilla española con un toque mexicano, un cargado clericot o, a unos pasos, probar los famosos tuétanos y choripanes al carbón o las deliciosas “Godibuenas”, ya sea de suadero, chicharrón o de carne al pastor. Y si andas crudo por la fiesta, puedes revivir con un caldo de camarón y un pescado a la plancha, si entras por la Glorieta de Cuitláhuac, frente a los imponentes edificios de la tercera sección de Tlatelolco.
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