Transcurría la última semana de agosto de 2021 cuando los medios franceses daban a conocer que los restos de la bailarina y actriz estadounidense Josephine Baker serían inhumados en el monumento del Panteón de París, lo que la convertiría en la primera mujer de raza negra en recibir el máximo honor de Francia y también la primera artista. Este reconocimiento se le otorgó debido a su papel desempeñado en la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial.
Una etapa en la que Baker "se puso a asistir y ayudar; escondió en su castillo a judíos y gente de la resistencia para poderles abrir una posibilidad de vida y sacarlos de ahí cuando hubiera las condiciones" idóneas, contó en entrevista a El Heraldo Digital Gilda Salinas, autora de “Voilà, Paris”, obra estrenada el pasado viernes 24 de febrero en el foro "Un Teatro" y en la cual se aborda la vida y obra de este histórico personaje, símbolo de la resistencia, defensora de la paz y de la lucha por los derechos humanos, civiles y de las personas negras.
Desde aquella fecha los restos de Josephine permanecen al lado de la científica Marie Curie y Simone Veil, sobreviviente del holocausto; también yacen junto a ella otras dos mujeres que pelearon con la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, Germaine Tillion y Genevieve de Gaulle-Anthonioz. Previamente, desde su muerte ocurrida el 12 de abril de 1975, el cuerpo de la también cantante permanecía en Mónaco, en donde fue enterrada con un uniforme militar francés, el cual tenía las medallas que recibió por su papel en la Resistencia francesa.
Josephine, una mujer que demostró al mundo que se podía convivir
Gilda Salinas, quien ha dedicado la mitad de su trabajo "en letras a rescatar mujeres que han estado un poco olvidadas (...) y que fueron destacadas en cualquier ámbito", aseguró que decidió llevar a los foros la vida de Freda Josephine McDonald, nombre con el cual fue registrada la actriz en su nacimiento, para recordar y mantener vigente su legado y no ser olvidada.
"Ella me pareció que es un extraordinario ejemplo de una mujer que demostró al mundo que se podía convivir, que no había clases ni racismo si había la voluntad y el amor suficientes.Yo creo que eso fue lo que me enganchó y me llevó a escribir sobre ella, y en teatro." El siguiente paso para ella fue encontrar a la persona que tuviera las aptitudes, la voluntad y el amor por el personaje también, contó.
Este papel recayó en la docente, actriz y bailarina Sandra Galeano, quien en el escenario realiza un monólogo en el que interpreta a seis diferentes personajes, cada uno con su propia personalidad, edad, sus puntos de vista y condición socioeconómica, explicó Salinas. Mismos que a lo largo de la puesta en escena narran quién es Josephine Baker desde su perspectiva individual y desde su cercanía con la actriz y cantante, en la época en la que cada uno la conoció y acompañó en su trayecto.
Gilda, responsable de la dramaturgia y la producción de la obra, recordó el proceso de preparación como bastante satisfactorio, ya que lograr que Galeano "diera cada personaje es una maravilla. Es un cambio total y absoluto, de su aptitud física, su expresión física, su forma de hablar, de comportarse y desde su perspectiva. Porque tenemos tres hombres (los personajes), cuatro con el hijo (de Josephine) y dos de ella: una Josephine joven, cuando acababa de llegar a Francia, y Josephine ya madura."
"Para ella la vida fue un sueño": Gilda Salinas
Josephine nació un 3 de junio en San Luis, Missouri, Estados Unidos, sin embargo, una vez que su padre decidió abandonar a su familia, la pequeña tuvo que comenzar a trabajar, al igual que su madre, y de esta forma poder sostener a una familia. Su talento y carisma le permitieron unirse a The Dixie Steppers y posteriormente se mudó a Nueva York.
A los 14 años contrajo matrimonio con William Baker, de quien conservaría el apellido para su nombre artístico. Josephine logró convertirse en una súper estrella a muy corta edad; el éxito le llegó una vez que en 1925 tomó la decisión de mudarse a Francia huyendo del racismo de su país y escapando de la segregación en los Estados Unidos.
"Creo que para ella la vida fue un sueño porque todo lo que hubiera soñado una niña pobre cuando andaba bailando, se le fue haciendo realidad", explicó Salinas.
La artista logró adquirir dos castillos, como fruto de su trabajo, tuvo además doce hijos, a los cuales adoptó: "fue la más fotografiada, la mejor pagada en su tiempo, incluso las mujeres se querían peinar como ella; tenía una piel muy tersa, una sonrisa espectacular, era una mujer muy feliz", continuó Gilda.
Baker dio a muchos de la resistencia "una posibilidad de vida"
Francia se convirtió en poco tiempo en lo más parecido a un hogar para Baker y sus hijos, sus rutinas de baile e icónicas presentaciones lograron cautivar al público local primero y al resto del mundo después. Fue entonces cuando la fama la abrazó con inmensidad y París la arropó con ternura; para la historia quedaron sus shows en el Teatro de los Campos Elíseos y más tarde en el Folies Bergere.
Una vez que contrajo matrimonio con el empresario Jean Lion en 1937 Josephine adquirió la ciudadanía francesa. Mientras que con la llegada de la Segunda Gran Guerra se convirtió en un símbolo de la resistencia, ya que gracias a su aportación y apoyo, pudo realizar muchas cosas en beneficio de más personas, lo que le mereció el reconocimiento y la posterior condecoración del Gobierno francés. "En verdad es una mujer valiosa", enfatizó Gilda.
Una vez que el mundo del arte casi desapareció por completo al estallar la guerra, "ya no había trabajo", por lo que Josephine "se puso a asistir y ayudar; escondió en su castillo a judíos y gente de la resistencia para poderles abrir una posibilidad de vida y sacarlos de ahí cuando hubiera una posibilidad. Se dice que incluso en este andar fue envenenada, aunque eso no está probado, pero sí estuvo hospitalizada. Entonces hay alguna probabilidad de que haya sido así", compartió.
"Nunca dejó de ser esa mujer que deseaba"
Para la escritora y editora, Baker representó un alma libre que vivió a su antojo en una época que no corría al mismo ritmo que sus latidos:
"Ella que era tan activa, tuvo amantes, tuvo a quien quiso y se entregó a quien quiso, y no por eso dejó de ser ella ni dejó de ser esa mujer que deseaba", contó. Y en ese trayecto llegó a convertirse en una heroína para la patria que la había acogido unos años antes.
"Después, cuando terminó la guerra, fue condecorada porque su aportación fue importante para Francia. Hace aproximadamente tres años que sus restos fueron llevados de Mónaco a París para ser enterrada ahí porque era una heroína para los franceses", resumió Gilda, para quien Josephine representa una gran humanista adelantada a su tiempo. Logró "demostrar que una persona no es distinta a otra por el color de su piel," y este legado suyo aún perdura entre quienes la recuerdan y la honran.
“Voilà, Paris”
La obra “Voilà, Paris” se presentará todos los viernes de marzo a las 20:30 horas en el foro "Un Teatro", ubicado en Avenida Nuevo León 46, Colonia Hipódromo Condesa, en la Ciudad de México.
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