A principios de la década de los ochenta, un hombre conmocionó a la sociedad británica no solo por la crueldad de sus crímenes, sino también por la manera en que se deshizo de los cuerpos.
Su nombre era Dennis Andrew Nielsen, un servidor público británico, cuyo monótona vida como oficinista en una dependencia gubernamental escondía varios de los crímenes más aterradores del siglo XX.
La siniestra mente de Dennis
Desde pequeño, Dennis tuvo muchos problemas emocionales, pues creció alejado de sus padres y bajo la estricta educación de su abuelo, a quien perdió a temprana edad. Luego, en su adolescencia descubrió que era homosexual, lo que le produjo una gran contradicción por la forma en que había sido criado.
Este hombre experimentó todo tipo de desarraigo emocional a partir de que despertaba y hasta el momento en que comenzaba a conciliar el sueño, e incluso, ese estilo de vida, hizo que sus padres se separaran.
Dennis era un tipo retraído y tímido, que siempre tuvo una grave herida de abandono, pues le temía a la soledad y pensaba que no merecía que las personas se quedaran con él.
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Crímenes atroces
La Navidad de 1978 fue el escenario ideal para que Dennis comenzara su carrera criminal con el asesinato de Stephen Holmes, un muchacho de 14 años, a quien conoció en un pub. Luego de una noche de fiesta, ambos terminaron en casa de Dennis, pero a la mañana siguiente éste sintió pánico de volverse a quedar solo, así que decidió ahorcar a Stephen con una corbata y esconderlo bajo el piso de su casa.
Con el mismo modus operandi, varios cadáveres se acumularon debajo del piso de la casa, hasta que ya no hubo espacio, pero antes de enterrarlos, Dennis convivió por varios días, visitó y fotografió los cuerpos de estos hombres.
Deshacerse de los cuerpos
A principios de 1983, Dennis se había mudado al ático de un edificio en Londres, donde el hedor de las tuberías era insoportable para todos los vecinos, quienes al contratar a un plomero, descubrieron los crímenes de Dennis.
Dennis despedazó y aventó a la cañería varios cuerpos, por lo que esta se tapó y el terrible hedor lo delató ante la policía. Vale mencionar que al igual que todas las víctimas de este criminal eran hombres en condiciones similares a Dennis: solos y alejados de su familia, por lo que de no haber sido por la tubería, jamás se hubieran encontrado dichos cadáveres.