En el umbral de 2024, las predicciones impulsadas por inteligencia artificial (IA) prevén que haya un panorama futurista, entrelazando tecnología avanzada y sostenibilidad ambiental. Sin embargo, entre estas proyecciones, tres catástrofes ambientales potenciales resaltan, ofreciendo una ventana a desafíos y soluciones. Tanto organizaciones como activistas han peleado para evitar que sucedan, pero la falta de voluntad política ha impedido que haya nuevas medidas para mitigar los posibles efectos.
La IA del ChatGPT concluyó que aunque es una herramienta para ver variables, es crucial una acción coordinada a nivel global que vaya más allá de la tecnología, incluyendo políticas ambientales sólidas y cambios en el comportamiento humano. “La era de 2024 será testigo de una intersección crítica entre tecnología avanzada y responsabilidad ecológica, donde la prevención y la preparación serán tan importantes como la intervención tecnológica”, analizó.
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¿Qué catástrofes podrían ocurrir en 2024, según la IA?
Con el cambio climático acelerando, se espera que las sequías se intensifiquen, afectando gravemente la agricultura y los recursos hídricos. Los modelos predictivos de IA sugieren una creciente escasez de agua y fallas en la producción agrícola, lo que podría llevar a una crisis alimentaria global.
También se espera un aumento del nivel del mar, impulsado por el calentamiento global, amenaza con inundar zonas costeras. Las ciudades costeras enfrentarán desafíos sin precedentes, desde la pérdida de tierras hasta el desplazamiento de millones de personas. Respecto a estos problemas, la IA podría desempeñar un papel crucial en la predicción de zonas de alto riesgo y en el diseño de infraestructuras resilientes. No obstante, esto también plantea dilemas éticos y logísticos en cuanto a la reubicación de poblaciones y la reasignación de recursos.
Podría a ver eventos climatológicos más extremos, según la IA
Huracanes, incendios forestales y tormentas extremas podrían volverse más comunes y destructivos. Estos eventos no solo causan daños materiales, sino que también tienen un impacto profundo en la biodiversidad y la vida humana. En este caso, la IA puede mejorar los sistemas de alerta temprana y la eficiencia en la respuesta a desastres. La clave está en integrar estas tecnologías en los sistemas de gestión de emergencias actuales para mejorar la preparación y respuesta.