La temporada navideña suele estar llena de motivos para disfrutar, como las vacaciones, pasar tiempo con la familia para regalarles presentes, o tener una rica y cálida cena con amigos; no obstante, no todos sienten la misma alegría durante esta época, en lugar de ello sienten melancolía y tristeza. Esto último es el denominado "Síndrome del Grinch", un malestar psicológico que algunas personas experimentan durante estas fiestas.
La psicóloga Minia Miramontes, conocida por su blog "Telepsicología", caracteriza a aquellos afectados por este síndrome como individuos que experimentan una intensa aversión hacia la temporada navideña, llegando incluso al extremo de desarrollar un profundo rechazo hacia todos los elementos asociados con la festividad, tales como decoraciones, música, celebraciones, saludos y obsequios, justo como el personaje verde y peludo.
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¿Cuáles son los síntomas del Síndrome del Grinch?
Según Miramontes, cualquier mención de la Navidad puede desencadenar malestar en estas personas. En primera instancia, durante este periodo, algunas personas experimentan sensaciones de melancolía y nostalgia, particularmente por aquellos que ya no están presentes, mientras que otros vinculan la Navidad con eventos traumáticos del pasado.
En segundo lugar, la situación económica durante estas fechas puede inducir estrés y frustración en muchos sujetos. En tercer lugar, aquellos que se encuentran solos pueden sentir una pesada carga al intentar cumplir con las expectativas sociales asociadas con la Navidad, mientras que otros pueden experimentar inquietud al compararse con aquellos que aparentan ser más felices durante la festividad. Asimismo, hay quienes perciben la Navidad como un evento sin sentido y prescindible.
¿Quién es El Grinch?
El personaje central de la historia navideña "Cómo el Grinch robó la Navidad", escrita por el Dr. Seuss en 1957, es el Grinch, un individuo, cuyo nombre se ha vuelto sinónimo de malhumorado. Éste es retratado como un ser ermitaño, de aspecto feo, verde y peludo, que reside en una cueva en la cima de la montaña Crumpit, al norte de la ciudad de Whoville.
Su corazón, según Seuss, es notablemente más pequeño que el promedio, y su aversión más intensa se dirige hacia la festividad navideña, repudiando elementos como guirnaldas, decoraciones, luces y sobre todo villancicos. La hostilidad del Grinch hacia la Navidad se fundamenta en su percepción de la temporada como una manifestación de egoísmo desmedido y un deseo insaciable de consumir y recibir.
No obstante, en realidad, su aberración se dirige hacia la transformación de la temporada decembrina en un pretexto para simular un amor y una bondad que, según él, carecen de autenticidad en las personas.