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El comportamiento tradicional en las fiestas ha tenido un sesgo machista : Camila Trombert

Amparadas en la tradición, algunas costumbres pueden prolongar la existencia de comportamientos machistas en las fiestas

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La experta invita a reflexionar sobre algunos comportamientos para evitar el machismo.Créditos: Pexels

Diciembre es, por tradición, el mes en el que las familias y los amigos se reúnen para compartir la mesa en cenas, comidas y convivencias que nos permiten saborear lo mejor, rodeado de seres queridos.

Sin embargo, en ciertos casos también es una ocasión para todo lo contrario. Ancladas en la tradición, ciertas conductas que pueden representar comportamientos machistas pueden aflorar y afectar a las personas que amamos, muchas veces sin que nos demos cuenta de ello.

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“Las fechas que vienen son un parteaguas en una de las etapas donde las mujeres tenemos muchas más obligaciones y, por tanto, culturalmente las tareas están dispares. 

“Las tradiciones han tenido ese sesgo: la cocina es de las mujeres y las fiestas son de los varones. Es un tiempo donde las mujeres nos vemos mucho más estresadas y exigidas, eso ocupa también una carga emocional”, argumenta Camila Trombert, cofundadora de la organización Cruces X Rosas.

¿Las mujeres a la cocina?

Trombert señala que, debido al sistema patriarcal que pesa en la mayoría de las sociedades, la división de las labores no solo implica un mayor esfuerzo físico para las mujeres, sino que se espera más de ellas durante las fiestas en las que no solo deben ser las anfitrionas perfectas, también tienen que pagar el costo emotivo de ello.

“Hay algo que no solamente es en lo físico, sino que todo el estrés de la preparación y de sabernos responsables de que la familia tenga un buen momento, de duplicar los esfuerzos que hacemos.

Por lo regular, la carga de la organización de las fiestas recae en las mujeres. Foto: Pexels

“En la mayoría de las dinámicas, quienes lo hacen son mujeres que tienen además muchas ocupaciones de crianza, laborales, etcétera y que se les carga la mano con la fiesta, eso desde el machismo de siempre, donde nos toca lavar los platos siempre, nos toca cocinar siempre, nos toca poner la mesa y ver que en los varones eso no es así”, explica Trombert. 

Alcohol y violencia

Por desgracia, algunas convivencias se convierten en el pretexto perfecto para el consumo desenfrenado de alcohol, el cual se puede convertir en el gran catalizador para la violencia, a menudo en contra de las mujeres.

“Con el consumo de alcohol desmedido, que también es algo propio de la fiesta, las mujeres empezamos a sentirnos más vulnerables, porque cuando existe alcohol existe mayor descontrol y una persona que es violenta obviamente exacerba todas esas expresiones de violencia. 

El consumo excesivo de alcohol puede despertar conductas violentas. Foto: Pexels

“Esas relaciones donde la mujer le dice ‘listo, no tomes más’, y el cuestionar la actitud del varón puede ser muy riesgoso para la mujer y exponerla claramente a humillaciones públicas y lo que signifique tener a un hombre violento alcoholizado”, añade la activista. 

Trombert matiza que, con frecuencia, los hombres que tienen un historial de violencia en sobriedad son los que pueden reaccionar de esa manera con unas copas de más, lo cual no solo aumenta la posibilidad de una pelea, sino la gravedad de las lesiones que puede generar.

Todo radica en la intención

Para la especialista en temas de género, el aprendizaje sobre la equidad y el respeto hacia las mujeres es un tópico que va avanzando poco a poco en la sociedad y, por ello, llama a las personas con una conciencia mayor en este aspecto a ser un poco indulgentes con los familiares que aún no tienen interiorizados los conceptos básicos sobre el tema.

“La intención es algo que tenemos que poner sobre la mesa y considerar, porque eso es lo que tenemos que evaluar en lo social, qué es lo que quiso decir. Cuando alguien dice ‘me fui como gorda en tobogán’, que sabemos que es discriminatorio, pero no sabe esa persona que lo es y lo repite porque lo ha escuchado, yo no le diría ‘qué discriminatoria eres’, porque hay que asumir que estamos todas y todos en un proceso de reconstrucción

Entender las intenciones de las demás personas es vital para evitar desencuentros. Foto: Pexels

“Me parece que hay ciertos aprendizajes en el lenguaje que tenemos que tener, pero no necesariamente todas las personas tienen una mala intención en estos usos del lenguaje”, señala. 

Para Trombert, el cariño es clave en la reestructuración de las comunicaciones que se tienen con la familia, ya que con el ejemplo se puede inspirar a las demás generaciones para lograr una transformación profunda.

Cambiar algunas conductas típicas puede hacer que tu convivencia cotidiana mejore. Foto: Pexels

“Hay que tener paciencia y hablar como familia de lo importante que todos y todas colaboremos, que el hogar, las tradiciones, las fiestas, son responsabilidad de todos los miembros de una familia y que no hay que hacer comentarios sobre los cuerpos o la orientación sexual de nadie en la mesa y que las más feministas mantengan el centro”, concluye.