PANORAMA SOCIAL

La valentía detrás del teclado

Si en algo podemos estar de acuerdo es que, como sociedad, no sabemos estar en desacuerdo

TENDENCIAS

·
Si en algo podemos estar de acuerdo es que, como sociedad, no sabemos estar en desacuerdo Créditos: Pixabay

Nos cuesta trabajo comunicar asertivamente lo que queremos y lo que sentimos y aceptar que nos lleven la contra. Tememos ser percibidos como agresivos al expresar tener un punto de vista diferente que los demás. Y en nuestra sociedad woke y progresista, puedes ser lo que quieras, pero agresivo, sobre todo si eres mujer, ¡es lo peor que puedes ser! Tendemos, más que nunca, a evadir el conflicto en persona sin importar el precio que tengamos que pagar por hacerlo. Si  no lo enfrentas, el resentimiento tiende a crecer, surgen arrepentimientos, enojos, amarguras y odio. Por eso es mejor encararlo.

Pero hay formas de hacerlo. El ser directo y sin rodeos no es la mejor estrategia pues puede resultar  ser  percibido como muy confrontativo y hacer que las personas se sientan amenazadas y se retiren o alejen.  Una mejor estrategia es presentar las ideas que tenemos en un diálogo abierto.  Estar en desacuerdo con alguien de manera respetuosa y no agresiva es fundamental para un entendimiento mutuo.

Pensar en qué es aquello que la otra persona está escuchando de mí, que entiende lo que yo digo. Al mismo tiempo, escuchar activamente lo que ella propone, siempre manteniendo la calma incluso si surgen sentimientos de molestia y frustración. Y debatir en un diálogo usando lenguaje respetuoso y cortés que exprese en hechos lo que sucede, apoyando tu punto de vista con datos o ejemplos concretos.

La forma más difícil de comunicar algo es cara a cara, la segunda más difícil es por una llamada telefónica, la tercera más sencilla es por correo electrónico, y la cuarta y más cómoda es mandar un texto en donde son pocos caracteres y está limitado el espacio. Los textos por ello nos dan valor para decir cosas que cara a cara nos cuesta más trabajo o que de plano no nos atreveríamos. No perdamos el valor de seguir comunicando lo importante en persona, nada sustituye el contacto físico. La calidez humana, la gesticulación, la cercanía y vínculo que se crea con la presencia. 

Con los conflictos que suceden ahora en el mundo vemos cómo hay gente que detrás de sus pantallas es un guerrero enardecido. Las redes sociales nos han dado una voz, un público y una plataforma a todos, pero el exceso y mal uso de esa comunicación está llevando a un movimiento mediático social con un panorama aterrador, en donde gente sin bases es la que informa y mueve masas. El más claro ejemplo es la guerra entre Israel y Palestina en las redes sociales.

Una cosa es la batalla física que se está llevando a cabo en el campo de guerra y otra la que se está llevando en el área digital. Aquí debemos procurar ser un agente de cambio, promover un ambiente constructivo y respetuoso tratando de ser empático, comprendiendo el punto de vista y motivaciones de los demás.

Sabiendo que cada quien tiene diferentes experiencias y valores. Nunca hay que atacar. Hay que establecer límites personales, no involucrarnos en discusiones negativas e improductivas y si te encuentras con personas tóxicas que constantemente se dedican a provocar e insultar es mejor bloquearlas o denunciarlas. Busca participar en conversaciones positivas.

Lo más importante a la hora de debatir es encontrar puntos en común, lo cual puede suavizar la conversación. Con lo que estamos viviendo hay que estar bien informados y no caer en el capricho de la provocación en línea.

 

POR BRENDA JAET

MAAZ