PIENSA JOVEN

La Catrina Garbancera y la falsa imagen en la sociedad actual

La emblemática figura de La Catrina Garbancera, concebida por José Guadalupe Posada en 1910 se muestra como como una sátira hacia aquellos que ocultaban sus raíces indígenas mientras pretendían ser algo que no eran.

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La catrina como una sátira a nuestro origenCréditos: Becerra Govea

Este artículo se sumerge en la poderosa metáfora que encarna La Catrina, que va más allá de su origen, para explorar cómo en la actualidad, a menudo, nos esforzamos por proyectar una imagen que no refleja nuestra verdadera esencia. En un mundo obsesionado por las apariencias y el éxito superficial, esta figura nos invita a cuestionar cómo presentamos nuestras identidades y a considerar la importancia de abrazar nuestra autenticidad en un momento en que las festividades patrias nos llaman a recordar quiénes somos realmente.

 

La Catrina Garbancera: Un Viaje Histórico y Estilístico a Través de la Muerte Mexicana

 

Más que simplemente una figura esquelética con un sombrero imponente, La Catrina encarna un profundo símbolo de la muerte en la cultura mexicana. El nombre "garbancera" tiene sus raíces en la historia, vinculado a los indígenas que cambiaron de vender maíz a garbanzos. La Catrina original se materializa en un grabado en metal, retratando únicamente la parte superior del cuerpo, desprovista de vestimenta o maquillaje, destacando solo un sombrero francés adornado con plumas. Esta representación tiene una intencionalidad crítica, señalando la pobreza predominante en la sociedad mexicana de la época.

La Catrina típica lleva un sombrero francés de plumas y vestimenta elegante
Foto: Fernando Paleta

En 1947, Diego Rivera, el renombrado muralista mexicano, le otorgó su icónico atuendo al pintarla en el famoso mural "Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central", donde La Catrina comparte escena con José Guadalupe Posada. El término "catrín" originalmente describe a hombres elegantes y prósperos que acompañaban a damas con características similares, representando la aristocracia de finales del siglo XIX y principios del XX, tiempos marcados por desigualdades sociales acentuadas durante el Porfiriato. Rivera, al fusionarla con "La Calavera Garbancera" y darle esta vestimenta, trascendió su origen, convirtiéndose en un ícono.

 

En su mural, Rivera logra condensar la compleja historia de México, desde la llegada de los españoles hasta la lucha campesina, integrando a figuras políticas y relevantes como José Guadalupe Posada, La Catrina, Frida Kahlo y su propia imagen en esta rica narrativa visual.

 

La Catrina: Un Espejo de Autenticidad en un Mundo de Apariencias

 

La Catrina, más que una reliquia histórica, se convierte en un poderoso reflejo contemporáneo sobre la autenticidad en la era moderna. Vivimos en un mundo donde la obsesión por las apariencias y el éxito efímero a menudo nos empuja a proyectar fachadas que no representan nuestra verdadera esencia. 

 

En este contexto, la icónica figura de La Catrina se rige como una provocación, un llamado a cuestionar la autenticidad de nuestras identidades en un entorno que valora la superficie sobre la sustancia. Nos invita a considerar la importancia de abrazar sin reservas nuestra verdadera esencia, especialmente en un momento en que las festividades patrias nos invitan a recordar quiénes somos realmente y a celebrar nuestra autenticidad con orgullo y determinación.
 

Por: Raquel Saad Salmun, Licenciatura en Business and management, Universidad Panamericana. 

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