PIENSA JOVEN

Millennials: Una generación optimista con el menor augurio de bienestar

Cuando yo tenía tu edad... ¿Cuántas veces no hemos dicho o escuchado esta frase en conversaciones? ¿Acaso antes era más sencillo tener un mejor nivel vida?

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Millennials: La generación del futuro inciertoCréditos: Pexels

Podría creerse que durante los últimos años el mundo ha presentado importantes cambios favorables que han impulsado a los gobiernos a comprometerse a mejorar la calidad de vida, pero ¿qué tanto ha cambiado del modo en que lo deseábamos?

Hay mucha verdad en que las nuevas generaciones han presentado menores carencias que sus padres y, por supuesto, que sus abuelos, pero llegada la etapa adulta lo que les toca por vivir no es mejor que lo que se les ofertaba a sus padres a su edad.

 

Si bien, la sociedad se encuentra y vislumbra mejor en áreas sociales, culturales, de conciliación e igualdad de género, lo es mucho menos en asuntos económicos y políticos, los culpables: el mercado laboral (influido por el contexto internacional), el sistema de pensiones, la inflación y la desigualdad económica. 

 

Haciendo una comparación, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los jóvenes en México tienen muchas más probabilidades que los mexicanos de mediana edad de haber concluido niveles educativos más altos, no obstante, la generación joven tiende a mostrar desventaja en ingresos.

 

Los salarios reales se han mantenido bastante estancados creciendo en promedio durante los últimos 20 años, el 3.7%, mientras los precios no se detienen al alza. Por ejemplo, descontando los efectos inflacionarios con lo que hoy se puede adquirir una vivienda en el país, se podrían comprar 2.5 casas hace 20 años y con lo que hoy puedes comprar un auto nuevo, podrías haber comprado 2.

 

Si bien, estas condiciones son generales, para los jóvenes es aún más difícil, pues en promedio ganan 20% menos y la accesibilidad financiera también es inferior, lo que promueve menores libertades para emprender retos financieros como lo es iniciar un negocio propio o comenzar una familia. A su vez, la tasa de desocupación juvenil es el doble de la tasa de desocupación total y seis de cada diez jóvenes trabajan en el sector informal; condiciones que merman la construcción de mejores patrimonios a largo plazo.

La falta de empleo y oportunidades dejan un futuro incierto a los jóvenes
Foto: Pexels

A su vez, no tendrán una pensión para su retiro como la que gozan sus padres y abuelos y tendrán que ahorrar por cuenta propia a través de Afores, mientras las reformas al ahorro también los desfavorece, pues recibirán menores beneficios por sus prestaciones laborales y tendrán que trabajar más allá de los 70 años para poder obtener una fracción de lo que se podía recibir con anterioridad y cotizar al menos 1,250 semanas para recibir un máximo de 30% del último salario, mientras con los regímenes anteriores nadie recibía menos del 40% de su últimos salario.

 

Aunque el dinero no puede comprar la felicidad, es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados y a pesar de la cruda realidad, los jóvenes entre 18 y 44 años en el país consideran tener una mayor eudemonía a la población mayor de 60.

 

Particularmente y de acuerdo con un estudio de Foundation For European Progressive Studies: “Como consecuencia del contexto esta generación valora más que las anteriores aspectos relacionados con el disfrute de la vida como disponer de tiempo de ocio, ser libres, vivir experiencias únicas y trabajar en lo que les gusta”; por lo que los retos no sólo implican igualar y acrecentar las condiciones de los jóvenes, si no también añadir aspectos claves para una mejor calidad de vida.


Los jóvenes tenemos ahora importantes herramientas para cambiar nuestro entorno, pero depende del cómo decidimos utilizarlas en conjunto para lograr los objetivos esperados. Dediquémosles mayor importancia a los jóvenes dejando a un lado la existencia de un “choque entre generaciones” en aras de  construir un sociedad mejor. 

XBB