La mujer vivió durante miles de años sirviendo en el hogar atendiendo a su familia, ser ama de casa era su única opción, sin embargo las cosas han cambiado y a través de los años las mujeres poco a poco comienzan a ocupar espacios que antes no se les tenía permitido, como por ejemplo ejercer laboralmente.
Actualmente muchas personas han dejado a un lado la creencia de que la mujer sólo tiene que permanecer en casa cuidando a los hijos, o que se es una mala madre por no pasar tiempo con los niños por trabajar. La realidad es muy diferente, y algunos estudios demuestran que las mujeres que trabajan son más felices y crían hijos más exitosos.
Ser madre y trabajar al mismo tiempo tiene sus ventajas
Un estudio realizado por la American Sociological Association, de Estados Unidos, demostró que las mujeres que trabajan a tiempo completo y se reincorporaron a su puesto de trabajo luego de dar a luz a su primer hijo demostraron una mejor salud mental y física, a comparación de aquellas que no contaban con un empleo.
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Trabajar disminuye los casos de depresión en mujeres
Otro trabajo de investigación elaborado por la Universidad Estatal de Pensilvania reveló que las mujeres que trabajaban tenían menor riesgo de padecer depresión, pues esta actividad les daba autonomía y control. Aunque es importante recalcar que esto no siempre aplica para todas las mujeres, aún trabajando se puede sufrir depresión y es importante atenderla oportunamente.
Hijos de madres que trabajan son adultos exitosos
Por otro lado, para conocer cómo es el desarrollo y la etapa de adultos de los hijos de madres que trabajan, Harvard Business School comenzó una investigación, dichos resultados arrojaron que son niños con un mejor rendimiento escolar, logran una independencia a temprana edad, tienen más probabilidad de trabajar en una empresa.
Otro dato importante es que las niñas que crecieron con una madre trabajadora, tenían una mayor probabilidad de ocupar un puesto de supervisión con mejor salario. En el caso de los niños que vieron a su madre trabajar, se convirtieron en adultos con mayor participación en las tareas del hogar y cuidando de su familia.
