Cuando Carmen Villarreal se presentó por primera vez ante el equipo de colaboradores de Casa San Matías, no pudo más que echarse a llorar. Se dieron cuenta de quién era Carmen en verdad, y en ese momento entendió que su equipo era todo lo que necesitaba, y su mayor apoyo para dirigir una empresa de la que sabía muy poco.
Al día de hoy, 24 años más tarde, han aprendido a hacer más grande la marca, exportar, y generar riqueza en la región, lo que se ha traducido en mayor calidad de empleo.
Sin duda, en Carmen aflora la sensibilidad y la sencillez además de su calidez humana desde el primer momento que se tiene la suerte de conocerla. Su madre la inspiró por su vocación de ayuda y generosidad, y su padre por la amabilidad que le caracterizaba. De ellos aprendió que una palabra amable, abre todas las puertas, y Carmen hace uso de esto cada vez que puede, pues sabe que además esta acción lleva implícita la idea del respeto a los demás. Todo esto la inspira a desarrollar planes que terminan brindando oportunidades de empleo en el país.
Ella se siente orgullosa de estar aprovechando las oportunidades que le ofrece la vida, es de la opinión de que cada persona nace con dones y talentos que deben utilizar para hacer el bien y aportar a la sociedad. Se siente en la obligación de trabajar diariamente para colaborar con el proceso de desarrollo y crecimiento de los demás, y es alguien que cree que mantener la fe en sí mismo es uno de los elementos básicos para prosperar. De la misma forma que ella ha recibido consejos, ayuda, guía y orientación, cree que debe ofrecer esto a los demás.
Está convencida que las redes son fundamentales para la resolución de dificultades y la superación de los retos cuando se presentan éstos, es necesario tomar un periodo de reflexión, buscar diferentes puntos de vista, luego hacer un ejercicio de confianza sobre lo que se va a decidir y entonces actuar.
Ella es Carmen Villarreal, un verdadero ejemplo de conciliación, empoderamiento femenino, resiliencia y trabajo en equipo.
Por Rocío Marfil
Foto: Cortesía
MAAZ