A veces el valor no se mide por las veces que no sientes miedo, sino por cada ocasión en que enfrentaste el dolor y vas un paso adelante de este. Eso le ha pasado a Eric Coulam, un joven de tan sólo 20 años que ha estado enfermo desde hace varios años, sufriendo con su cuerpo agotado por cada intervención quirúrgica y con malestares que le han hecho quedarse en la cama de un hospital mucho tiempo.
Hoy, con la edad suficiente para tomar esa decisión, él ha elegido atenerte a una ley en Canadá que permite a los enfermos en etapa terminal o similar a elegir cómo morir, esto si, con asistencia médica.
Coulam, por lo tanto, avisó ya a su familia, durante su cumpleaños 20, que tarde o temprano se suicidará de esta forma mencionada.
Avisa de su suicidio en fiesta de cumpleaños
Eric Coulam tuvo la fiesta de su vida, solo para despedirse de su familia y amigos para siempre. Después de años de problemas de salud, el joven de 20 años de la Columbia Británica decidió buscar la muerte médicamente asistida y reveló su decisión a su familia durante una barbacoa en mayo con sus seres queridos.
Coulam tomó la decisión después de enterarse de que necesitaría seis trasplantes de órganos para vivir con solo un 50% de posibilidades de supervivencia.
“Habrá un final para el sufrimiento. Sufro todo el día. He estado en una habitación de cuatro paredes durante mucho tiempo y ya he tenido suficiente”, dijo el joven de 20 años.
Años de dolor por enfermedad
Eric Coulam optó por el suicidio médicamente asistido después de sufrir una afección médica que ha dejado perplejos a los médicos durante toda su vida. Para lograrlo, hará uso de la ley de Asistencia Médica para Morir de Canadá, que permite a los canadienses elegibles mayores de 18 años la oportunidad de tomar su vida en sus propias manos.
La ley de 2016 establece que el paciente debe tener una "enfermedad o discapacidad grave e incurable" y también tener un dolor físico o psicológico que los medicamentos no puedan solucionar.
Durante gran parte de su vida, que la ha pasado principalmente con dolor, Coulam sufrió molestias abdominales debido a una afección gastrointestinal no identificada. Mientras los médicos estaban perplejos, él continuó deteriorándose y perdió el intestino delgado, contrajo enfermedades hepáticas y renales, padeció dolores crónicos y padeció infecciones.
Eventualmente, sufrió un shock séptico cuando parte de su intestino se rompió, lo que resultó en una visita a la sala de emergencias.
“Fui a emergencias y conseguí una cama de inmediato y esa noche se rompió y me pusieron en coma por no recuerdo cuánto tiempo”, dijo.
Peregrinar y esperar estar listo
Lo transfirieron de Fort St. John a Dawson Creek, luego a muchos otros hospitales, todo para terminar en Fort St. John, donde los médicos todavía se rascaban la cabeza.
Una anomalía médica, Coulam fue informado por sus médicos que su única oportunidad de supervivencia y comodidad sería recibir la friolera de seis trasplantes de órganos, que afirma que nunca antes se habían hecho.
“Lo pensé por un tiempo, en cierto modo engañé a mi familia porque no estaba en un buen lugar. Sabía que era lo que quería hacer”, mencionó a un medio.
Aunque no hay una fecha establecida, promete "ir cuando esté listo".
“No es cuando estoy enfermo. No es cuando retiran mis medicamentos. Es cuando estoy listo”, dijo.
Para morir así, le inyectarán un medicamento bajo la supervisión de enfermeras y médicos o se le administra medicación oral. De cualquier manera, el fallecimiento es indoloro.
“A veces me acuesto allí por la noche y me pongo triste, pero en su mayor parte, estoy esperando el día porque tengo mucho dolor todo el tiempo. Tomo muchos medicamentos solo para estar cómodo durante unas horas”, culminó.
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