LITERATURA

Así fue la charla que tuvo Jorge Luis Borges con Juan Rulfo en su visita a México

Jorge Luis Borges visitó México en tres ocasiones, pero sólo en uno de sus viajes tuvo oportunidad de encontrarse con Juan Rulfo

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El encuentro entre Jorge Luis Borges y Juan Rulfo quedó inmortalizado en esta fotografía.Créditos: Archivo

Dos de los escritores más importantes del Siglo XX sostuvieron un encuentro que a casi 50 años se sigue recordando como un evento único, especial e indescriptible, ya que la única forma de descubrir el diálogo entre Jorge Luis Borges y Juan Rulfo es a través de la lectura. Si te interesa conocer la charla que sostuvieron los autores, te la compartimos. 

Borges, quien nació en Buenos Aires, Argentina, en 1889, ha logrado trascender con el pasó del tiempo, porque es considerado un destacado escritor de cuentos, poemas y ensayos, a quien incluso se le ve como una figura clave tanto para la literatura en habla hispana como para la literatura universal.?

Mientras que Rulfo nació en Jalisco, México, en 1917, y sus obras se siguen leyendo por todas las generaciones de mexicanos, pues hasta la fecha sigue siendo considerado como un escritor, guionista y fotógrafo cuya obra ha servido de inspiración para las nuevas generaciones de literatos. 

El encuentro histórico entre Borges y Rulfo

Por lo que el encuentro entre estas dos figuras literarias no podía pasar desapercibida. De hecho, Borges visitó México en tres ocasiones: en 1973, 1978 y 1981. A raíz de estos viajes, el argentino escribió cuentos y ensayos, así como algunos textos sobre autores mexicanos, pero durante su primer arribo al país fue que sostuvo un diálogo con Juan Rulfo.

El diálogo con que mantuvieron tanto el autor argentino como el escritor mexicano se resumen en las siguientes líneas:

Rulfo: Maestro, soy yo, Rulfo. Qué bueno que ya llegó. Usted sabe cómo lo estimamos y lo admiramos.

Borges: Finalmente, Rulfo. Ya no puedo ver un país, pero lo puedo escuchar. Y escucho tanta amabilidad. Ya había olvidado la verdadera dimensión de esta gran costumbre. Pero no me llame Borges y menos "maestro", dígame Jorge Luis.

Rulfo: ¡Qué amable! Usted dígame entonces Juan.

Borges: Le voy a ser sincero. Me gusta más Juan que Jorge Luis, con sus cuatro letras tan breves y tan definitivas. La brevedad ha sido siempre una de mis predilecciones.

Rulfo: No, eso sí que no. Juan cualquiera, pero Jorge Luis, sólo Borges.

Borges: Usted tan atento como siempre. Dígame, ¿cómo ha estado últimamente?

Rulfo: ¿Yo? Pues, muriéndome, muriéndome por ahí.

Borges: Entonces, no le ha ido tan mal.

Rulfo: ¿Cómo así?

Borges: Imagínese, don Juan, lo desdichado que seríamos si fuéramos inmortales.

Rulfo: Sí, verdad. Después anda uno por ahí muerto haciendo como si estuviera uno vivo.

Borges: Le voy a confiar un secreto. Mi abuelo, el general, decía que no se llamaba Borges, que su nombre verdadero era otro, secreto. Sospecho que se llamaba Pedro Páramo. Yo entonces soy una reedición de lo que usted escribió sobre los de Comala.

Rulfo: Así ya me puedo morir en serio.

Aunque este encuentro tuvo lugar en 1973, tanto Jorge Luis Borges como Juan Rulfo fallecieron en 1986. El mexicano en la Ciudad de México, mientras que el argentino en Ginebra, Suiza

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