Aventura, confort y mucha –¡mucha!- naturaleza: Claudia Rodríguez, Directora General de Jungle Experiences, que con tres embarcaciones invita a los viajeros a adentrarse en la selva peruana, justo en el nacimiento del río Amazonas, nos cuenta por qué este es el momento perfecto para planear un viaje al corazón natural de Sudamérica.
¿Por qué elegir explorar el Amazonas en su tramo peruano frente a su curso brasileño?
La selva peruana es más virgen, todo es más puro. En Brasil hay mucha industria y fábricas que no existen de este lado del río. Además, en Perú sólo somos tres empresas grandes que ofrecemos itinerarios a través de la Amazonía. Es una oferta bastante exclusiva y todos nuestros barcos son de lujo. Por eso nuestro viaje calza muy bien en el interés de los viajeros que, hoy, buscan travesías de naturaleza, familiares y en grupos pequeños, que permitan tener un intercambio cultural y aporten a la conservación del medio ambiente.
¿Cómo está conformada la flota de Jungle Experiences?
Tenemos tres embarcaciones: Amatista y La Perla –que podrían compararse con un hotel de cuatro estrellas– y Zafiro, nuestro producto de lujo, que cuenta con habitaciones más amplias, salones de masaje y ejercicio, y un jacuzzi. Las primeras dos tienen una capacidad de 30 pasajeros y, Zafiro, de 38. Las tres realizan la misma ruta.
¿Qué experiencias se viven a lo largo de un crucero por el Amazonas?
Navegamos los ríos Marañón y Ucayali –cada uno, con un paisaje único–, y su punto de encuentro, en donde nace, propiamente, el Amazonas. En cada viaje contamos con dos o tres expertos naturalistas que asisten a los pasajeros para identificar la gran biodiversidad de flora y fauna. Además realizamos caminatas en tierra, recorridos en botes auxiliares por pequeños afluentes de los ríos, pasos por puentes colgantes, emprendemos excursiones nocturnas y asistimos a una ceremonia con un chamán en una comunidad que también nos recibe con platillos locales.
¿Cómo Jungle Experiences navegó el impacto de la pandemia por coronavirus?
La pandemia retorció todos los planes. Antes de la pandemia teníamos planes para presentar un cuarto barco, el Diamante, que esperábamos lanzar en 2020. Si bien es cierto que somos los pioneros en la reactivación porque somos la empresa que más veces ha salido en este año, aún falta mucho camino por andar. Actualmente, no hemos recibido ni el 35 por ciento de viajeros con respecto al 2019. Es una situación que se ve en todo el Perú. Entre los tres barcos hacíamos más de 120 salidas al año, de las cuáles ahora aún no alcanzamos el 50 por ciento. Proyectamos recuperar los números anteriores a la pandemia en 2024.
¿Cuál es la importancia del mercado mexicano para la recuperación?
Nuestro mayor número de visitantes viene de Estados Unidos, que representa el 80 por ciento de nuestros clientes. En 2019, 125 mil turistas mexicanos viajaron a Perú, de los cuales sólo cinco por ciento visitaron la selva, convirtiéndolos en nuestro segundo mercado potencial más importante en Norteamérica.
MAAZ