Don Pascualito es el artesano de barro más longevo de Metepec, a sus 100 años todavía tiene fuerzas para trabajar sus jarros pulqueros, oficio que aprendió a los 12 y comparte con hijos, nietos y bisnietos.
Desde su taller y casa, el artesano contó que antes de comenzar a elaborar jarros, trabajó en el campo, también de limpieza en las haciendas de la zona, en jornadas de 12 horas.
No le gustaba que lo mandaran, así que recordó que su padre tenía oficio, además de otra familia lo llamaban para que les ayudara a elaborar jarros y ollas, lo más típico entre los artesanos de Metepec.
Aprendió el oficio pero una vez que supo la técnica no quiso quedarse a hacer sólo ollas, pensó en algo que le dejara dinero; así nació la idea de hacer jarros pulqueros, a los que le añadió la cabeza de un animal, una frase y un nombre de mujer.
“Hice diferentes cosas, luego pensé, eso no deja nada, voy a pensar cosas que dejen centavitos, y por eso me enseñé a hacer esas cosas... pensé que eso no me iba a dejar mucho, porque todos hacemos ollas, y comencé con mis jarritos”, dijo.
Aunque apenas cumplió 100 años, apoyado de su bastón y de alguno de sus bisnietos, toma el barro y lo trabaja, hace las figuras de cabezas de animales, pinta, decora y escribe, le ayudan a meterlo al horno y a ponerle precio, y quedan listos.
Para vender más, relató que sus jarros los montaba en una mula y se iba a la Ciudad de México, un viaje de varios días que significaban traer dinero a casa para mantener a la familia.
“Se tenía que ir a trabajar a la Ciudad de México en una mula en la cual llevaba sus jarros... En el Centro los vendía y me platicó que los daba en cinco centavos... Un orgullo total realmente el presumir de nuestra parte que tenemos cuatro generaciones y que las cuatro están activas, porque hemos convivido con el bisabuelito y le hemos ayudado”, contó Juan Pablo, uno de los bisnietos.
Aunque ya le cuesta más trabajo por su edad, Pascualito rechazó que vaya a dejar de elaborar sus jarros o que quiera descansar; aseguró que mientras Dios le conceda vida y pueda, continuará la tradición de elaborar barro y pasará sus conocimientos a la quinta generación familiar, pues ya tiene seis tataranietos.
¿QUÉ MÁS SOBRE EL ARTESANO?
- 100 años de vida cumplió Pascual.
- 88 años tiene de dedicarse al barro.
- 4 generaciones de la familia laboran el barro.
- 80 y 150 pesos cuestan cada pieza decorada de manera única.
- Cada uno de sus jarros pulqueros tiene escritos una frase antigua en una parte además de un nombre femenino que es lo que caracteriza sus piezas, algunos están coronados con la cabeza de ganado y una abertura en la trompa para que por ahí salir el pulque.
- La idea de los jarros pulqueros fue por innovar y para ganar más dinero porque cuando comenzó todos los artesanos hacían ollas y jarros para beber café.
"Soy chiquito pero el que me ponga en su mano que me llene de pulquito", asegura Don Pascualito.
PAL