UNIÓN SOVIÉTICA

Laika, la trágica historia del primer ser vivo enviado al espacio

La Unión Soviética lanzó perros al espacio 71 veces entre 1951 y 1966, con 17 muertes

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Es todo un ícono de la los amantes del espacio. Créditos: Especial.

“Laika” fue el primer ser vivo que se subió a un cohete para orbitar la Tierra, a 3 mil kilómetros por encima de las calles de Moscú. Ella era una perrita, mezcla de husky y spitz que tiene una triste historia, pues murió  en el Sputnik 2 hace más de 60 años, pero se ha convertido en un ícono de la cultura pop, por lo que hoy te contaremos un poco de ella. 

Su historia es muy conocida en todo el mundo. Foto: Especial.

La perrita emprendió su viaje luego de que el primer Ministro Nikita Jruschov solicitara un vuelo tripulado por un can que coincidiera con el 7 de noviembre de 1957, 40 aniversario de la Revolución Bolchevique rusa, utilizando lo que habían aprendido del Sputnik 1, el primer objeto fabricado por el hombre en órbita terrestre el 4 de octubre de 1957. 

¿Por qué fue una hembra? 

Los reclutadores caninos soviéticos comenzaron la búsqueda con una manada de perros callejeros hembra porque las hembras eran más pequeñas y aparentemente más dóciles. Las pruebas iniciales determinaban la obediencia y la pasividad. Las finalistas vivieron en diminutas cápsulas presurizadas durante días y luego semanas. 

Luego de las pruebas, el equipo eligió a la plácida Kudryavka (Ricitos) como cosmonauta canina del Sputnik 2 y a Albina (Blanca) como reserva. Fueron presentadas al público por radio, pero Kudryavka ladró mucho y más tarde fue conocida como “Laika”, "ladrador" en ruso. 

Surgieron rumores de que Albina había superado a Laika, pero como acababa de parir cachorros y al parecer se había ganado el afecto de sus cuidadores, Albina no se enfrentó a un vuelo fatal.

¿Cómo falleció? 

De acuerdo con un artículo de la revista de la Institución Smithsonian en Washington, D.C, tres días antes del despegue previsto, “Laika” entró en su reducido espacio de viaje, que sólo le permitía unos centímetros de movimiento. El 3 de noviembre a las 5:30 de la mañana, la nave despegó con fuerzas G que quintuplicaban los niveles normales de gravedad.

Se le han rendido muchos homenajes. Foto: Especial.

Los ruidos y presiones del vuelo la aterrorizaron: su ritmo cardíaco se triplicó y su respiración se cuadruplicó. Desgraciadamente, la pérdida del escudo térmico hizo que la temperatura de la cápsula aumentara inesperadamente, lo que la afectó mortalmente. Murió "poco después del lanzamiento", según reveló en 1993 Oleg Gazenko, médico ruso y entrenador de perros espaciales. 

Se planeó que el Sputnik 2 entraría en órbita con la última etapa del cohete acoplada y esperaban que Laika muriera por falta de oxígeno (una muerte indolora en 15 segundos) tras siete días en el espacio. En 2015, Rusia inauguró una nueva estatua conmemorativa de “Laika” sobre un cohete en un centro de investigación militar de Moscú. 

No fue la única 

“Laika” no fue la primera perra espacial: algunos habían volado en las pruebas militares soviéticas de cohetes suborbitales de cohetes V-2 alemanes actualizados después de la Segunda Guerra Mundial, y habían regresado a la Tierra en paracaídas, vivos o muertos. Aunque sí fue la primera en orbitar. 

Según Animals In Space, de Colin Burgess y Chris Dubbs, la Unión Soviética lanzó perros al espacio 71 veces entre 1951 y 1966, con 17 muertes. El programa espacial ruso continúa utilizando animales en pruebas espaciales, pero en todos los casos, excepto el de “Laika”, ha habido alguna esperanza de que el animal sobreviviera.

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