PANORAMA SOCIAL

Oniomanía somos todos: La necesidad de comprar en esta Navidad

Es un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real

TENDENCIAS

·
Es un trastorno psicológico cuyo síntoma es un deseo desenfrenado por comprar sin una necesidad real Créditos: Pixabay

Es una psicopatología que suele estar asociada con trastornos depresivos y de baja autoestima, aunque también puede estar presente en otras enfermedades mentales como el trastorno bipolar o el trastorno límite de la personalidad. No mi querido lector, no son clases de psicología, es simplemente ayuda a la comunidad. Y no creas que estás exento, pues en estas fechas no sé tú, pero tanto yo como la gente que me rodea pareciera que lo único que hace es ¡comprar y comprar!

Que si el intercambio de la oficina, que si el del grupo de la clase, que si el de la comidita del alma, que el de x, y o z, regalo para la miss, para el jefe, para la amiga, la tía, la abuela, ¡por Dios! ¡Y mira que si hay algo que disfruto es ir de compras, pero esto ya es un exceso! ¿O será que antes teníamos que salir de casa e ir a escoger los regalos físicamente? Y ahora aparte de hacer eso también estamos en el celular viendo todo lo que hay, más los descuentos, ofertas y demás. Y si es que no tenemos la patología creo que nos la estamos creando. Desviando frustraciones, calmando ansiedades con un sólo clic. Que peligro.

¿Y por qué no, para matar tiempos muertos nos metemos a las redes sociales o a las diferentes páginas en línea a ver que hay? Un exceso de información en el ámbito de las compras. Un bombardeo. Creando deseos en nosotros, de tanto que vemos las cosas, nos sentimos estimulados a creer que las queremos, o peor aún que las necesitamos. Varias veces he tocado el tema aquí de que nos hemos convertido en los consumidores más informados de la historia de la humanidad. Ese es el gran peligro. Que queremos todo, y creemos que no nada más podemos tenerlo todo, sino que merecemos tenerlo. Qué capricho millonario es este.  Es la tendencia del fast fashion, fast food y ahora fast buying también. Me preocupa que otros fasts aplicaremos en nuestras vidas. 

Deberíamos poner un freno total hasta que examines que tan seria es la situación. Sé que toda la tecnología está ahí para ayudarnos y facilitar la experiencia de compra, pero no para exagerarla ni exaltarla. Si crees que estás sufriendo de comprar compulsivamente y te está afectando tanto en tu economía como en tu salud mental, pide ayuda profesional, esto es serio y podrías terminar en problemas graves. Si no estás ahí, te sugiero que antes de hacer una compra pases tres filtros: ¿lo necesito realmente?, ¿cómo mejorará mi vida este producto?, ¿cuánto tiempo lo utilizaré?

Y dependiendo de las respuestas evalúa si seguirás adelante con la compra. Otro tip que te puedo dar, es que no compres en caliente, sobre todo en línea. No te dejes influenciar por la oferta de tiempo limitado. Haz una pausa, pasa los tres filtros que te mencioné, trata de seguir tu día y si al otro día todavía lo quieres, procede a comprarlo. A veces es en el momento que surge el deseo de compra, y normalmente se pasa. 

Yo hago carritos con todo lo que me gusta, escojo color, talla y así siento esta satisfacción inmediata. Regreso unos días más tarde y te prometo que más de la mitad de las cosas ya no me gustan, después aplico el filtro de tres y si me queda un objeto es mucho. Gran parte de nuestras compras están ligadas a sentimientos, por eso hay que tomar una pausa y realmente descubrir qué es lo que estamos sintiendo en ese momento y ver si comprar lo está tapando.

POR BRENDA JAET

MAAZ