La antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) es quizás una de las naciones con más misterios a su alrededor; y es que desde su fundación en 1922, hasta su disolución en diciembre de 1991, estuvo rodeada de historias, mitos y leyendas de todo tipo. Desde la mística identidad de personajes como Rasputín, hasta el desastre nuclear en la planta de Chernóbil.
Pero ningún relato se asemeja a la de la misteriosa desaparición y muerte de jóvenes aventureros durante un viaje a los Montes Urales en Siberia, o como se le suele llamar: la gran tragedia del Paso Dyatlov, un caso que sigue causando intriga hasta nuestros días.
Una muerte misteriosa
En enero de 1959, un grupo de 10 jóvenes montañistas aficionados al esquí del Instituto Politécnico de los Urales organizaron un viaje a la montaña Gora Otorten, en los Montes Urales, considerada una de las rutas más complicadas hasta para los excursionistas más experimentados.
Y es que, de acuerdo con el Laboratorio de Simulación de Nieve y Avalanchas de Suiza, se trata de la división natural entre Europa y Asia, a más de mil 895 metros sobre el nivel del mar, donde las temperaturas rondan los 30 grados bajo cero y toma un poco más de dos semanas en completarse.
Fue el 27 de enero de 1959 cuando los ocho hombres y dos mujeres salieron de un pueblo cercano bajo el mando y supervisión de Igor Dyatlov; sin embargo, a dos días del inicio, uno de los jóvenes abandonó al grupo y regresó a la base tras presentar problemas de salud. Pero volvió con la consigna de recibir información de sus compañeros para monitorear su trayecto.
Al llegar el día 12 de la excursión, cuando el equipo debía reportarse a la base, nadie recibió señales de vida, por lo que los familiares del grupo organizaron una expedición de búsqueda y rescate para dar con los excursionistas.
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26 días después del inicio de la misión, el equipo de rescatistas llegó al campamento abandonado de los jóvenes y se encontraron con una escena terrorífica; la tienda de campaña donde dormían mostraba signos de desgarramiento que habían sido hechos desde adentro hacia afuera. Huellas en la nieve que llevaban a un bosque cercano, restos de una hoguera y árboles con rastros de sangre.
Al cabo de unas horas se encontraron los cuerpos de dos de los jóvenes descalzos y en ropa interior; a unos 600 metros por delante los investigadores hallaron otros tres cadáveres con heridas internas y meses más tarde, se toparon con el resto de los cuerpos sepultados bajo cuatro metros de nieve. Tras algunos estudios, la Fiscalía General de la Federación Rusa determinó que las muertes se debieron a hipotermia, pero los familiares de las víctimas no estuvieron conformes con los análisis.
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Teorías de conspiración
Luego de que las autoridades rusas dieron carpetazo al incidente en el Paso Dyatlov, familiares, investigadores y conspiracionistas comenzaron a fabricar teorías en torno a lo que había pasado aquel día en los Montes Urales, y es que, según testigos anónimos, los jóvenes pudieron haber sido víctimas de indígenas nativos de la zona, del Yeti, extraterrestres o hasta agentes de la KGB.
La primera de estas teorías afirmaba que el pueblo Mansi los habría atacado por invadir su zona; sin embargo, fue desechada debido a que no encontraron más huellas que las de los miembros de la expedición; mientras que la idea fantástica de agentes como el Yeti o extraterrestres también fueron borradas de la lista por ser historias sin fundamento lógico.
Sin embargo, una de las teorías más aceptadas por escritores, aficionados y hasta documentalistas es que el gobierno de la URSS los atacó tras ser testigos de pruebas militares con armas secretas, por lo que los desaparecieron silenciosamente para que no hubiera ningún tipo de filtración a Estados Unidos en plena Guerra Fría.
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La ciencia responde
Pero, a pesar de que el caso se cerró hace más de 60 años, en 2019 el equipo de la revista Nature Research lo reabrió para intentar darle una explicación científica a lo ocurrido y llegaron a la conclusión de que murieron debido a una fuerte ventisca y avalancha.
De acuerdo con los investigadores, las ráfagas de viento eran tan fuertes aquel día que los copos de nieve pudieron haber provocado grandes heridas en sus cuerpos y dejándolos enterrados. Sin embargo, gran parte del suceso sigue siendo un misterio.