La plataforma de Netflix tiene preparada para ti una serie de tres historias conectadas con una temática interesante, tétrica pero visualmente atractiva, con algunos detalles y referencias a otras series como Black Mirror o a películas tan buenas como Coraline.
Se trata de la serie The House, una antología de terror producida en stopmotion y que cumple con su cometido de principio a fin, con el plus de ser una serie animada que le imprime un toque de suspenso, intriga y que te pondrá los pelos de punta de principio a fin, gracias al toque de ternura que te hace creer que es una serie para niños.
La serie cuenta la historia de una casa misteriosa que guarda secretos que poco a poco saldrán a “la luz”, esto último resulta paradójico, ya que precisamente el hilo conductor de esas historias en paralelo, se maneja entre penumbras, en todo momento los personajes antagónicos se mueven entre las sombras no importa si es de día o de noche, todos salvo la familia que vive en dicha casa permanecen en las sombras.
Lo interesante de esa premisa, es que el espectador tiene la sensación de estar en una pesadilla, un constante círculo de cosas inexplicables que en algún punto harán converger las historias y nos pondrá a reflexionar y a generar angustia para salir del sueño o bien descubrir, quién o qué, lo está generando.
Muebles a la medida
En la primera historia (de la que hablaremos en está ocasión) tiene ciertas similitudes con Coraline, el padre llamado Raymond hace un trato con un arquitecto, mismo que le ofrece una enorme mansión con todo y muebles nuevos, con la única condición de renunciar a su residencia en la que vive.
La hija de nombre Mabel comienza a notar ciertas cosas extrañas en la mansión, como el hecho de ver a trabajadores siempre laborando entre sombras, y justo cuando cae la noche se retiran hacía otro lugar dentro de la misma casa, pero suelen quitar la escalera de acceso a su habitación.
La familia comienza a sentirse rara cuando se dan cuenta que les regalan ropa, pero esa ropa tiene extrañas similitudes con los muebles de la mansión, como si fueran hechas a medida para ellos.
Esa sensación perturbadora de sentirse observados mientras en apariencia son objeto de atenciones por parte de los inquilinos, les quita no solo el sueño, sino que les hace preguntarse por qué la condición para quedarse con la mansión es que renunciarán a su hogar y además les dieran muebles totalmente nuevos.
No les adelantamos más, les prometemos que los cortos no tienen pierde y por el contrario los invitarán a ver toda la trilogía disponible a través de la plataforma de Netflix.
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