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Mente Mujer: Por gobierno Talibán, retroceso para las mujeres afganas

Aunque prometieron ser un gobierno diferente al que había hace dos décadas, los talibanes fulminan los avances en los derechos a la mujer

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MENTE MUJER. Foto: EspecialCréditos: Especial

Los talibanes empiezan a revelar que, tras 20 años fuera del gobierno, no han moderado su extremismo para con las afganas, determinaron que no van a poder hacer deporte, ya que consideran que “no es necesario”, antes ya habían anunciado la nueva modalidad para asistir a clases y han desaparecido el Ministerio de la Mujer.

El nuevo gobierno interino talibán, formado por leales al movimiento del emirato islámico, comenzó a trabajar en el borrador de las nuevas leyes gubernamentales, y al frente de los principales departamentos tiene a nombres de la línea dura, sin mujeres ni ministros moderados.

El régimen talibán reemplazó el Ministerio de Asuntos por la Mujer por el Ministerio del Vicio y la Virtud, que se encarga de hacer cumplir la ley sharía con un cuerpo de policías religiosos.

Cabe destacar que, después de la caída del gobierno Talibán en 2001, las afganas habían logrado grandes avances ocupando cargos en la administración como alcaldesas, ministras, oficiales de policía y juezas.

“Las mujeres no podrán hacer deporte, porque ‘no es necesario’ y su cuerpo y su cara pueden quedar expuestos”, así lo anunció el subjefe de la comisión cultural de los talibanes, AhmadullahWasiq.

“No creo que a las mujeres se les permita jugar al cricket porque no es necesario que
deban hacerlo. Es posible que se enfrenten a una situación en la que no se cubran la cara y el cuerpo”, señaló Wasiq en una entrevista en la radio australiana SBS.

“El islam no permite que las mujeres sean vistas así. Es la era de los medios, habrá fotos y videos, y luego la gente lo verá.  Afganistán no permite que las mujeres jueguen al cricket o practiquen deportes en los que queden expuestas”, advirtió.

De esta forma, las mujeres sólo pueden practicar deportes en los que vayan cubiertas de arriba a abajo, algo que es prácticamente imposible.

TheGuardian informó que esta situación ya afectó a la selección nacional de cricket; varias mujeres ya han denunciado haber sido amenazadas por parte de los talibanes advirtiéndolas de que no pueden jugar.

La prohibición de hacer deporte a las mujeres no es nueva. El gobierno talibán anterior (1996-2001) ya impuso esta medida, lo que llevó al COI a excluir a Afganistán de los Juegos Olímpicos de Sídney 2000.

También, hace unos días las milicias talibán dispersaron con disparos al aire varias manifestaciones de mujeres, tras darse a conocer que quedaba prohibida la educación mixta.

Para poder sentarse en clase, las mujeres ahora tendrán que usar una abaya, un velo que cubra todo el cuerpo y un niqab, dejando al descubierto sólo sus ojos.

Imágenes ampliamente difundidas en las redes sociales también mostraron la nueva disposición de aulas mixtas, ahora cortadas en dos por una cortina, mujeres de un lado y hombres del otro. Al final de la clase, las estudiantes deben esperar hasta que los hombres hayan abandonado para irse.

“MÉXICO, NOS SALVÓ LA VIDA”

Tras estos hechos, el 25 de agosto de 2021, el gobierno mexicano dio asilo a cinco integrantes del equipo de robótica de Afganistán que lograron salir de su país ante el regreso del talibán al poder.

Las cinco mujeres llegaron a la Ciudad de México después de viajar “por cinco o seis países” y recibieron visas por razones humanitarias —emitidas para proteger a extranjeros en
situación de peligro— para permanecer en el país.

“Agradecemos al gobierno de México por habernos salvado la vida”, comentó una de las integrantes del grupo, a través de una intérprete.

Sostuvo que gracias a la acción del país “nuestra historia no se acabará de manera triste por los talibanes”.

El grupo de mujeres afganas alcanzó reconocimiento internacional por invenciones como el ventilador de bajo costo para ayudar a enfrentar la pandemia de COVID-19, el cual fue desarrollado con la orientación de expertos de universidades de Estados Unidos.

Por Israel López Gutiérrez

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