Un lomito que permaneció en un refugio de Perú, finalmente fue adoptado por una familia, mismos que de inmediato lo hicieron parte del círculo cercano y para festejar su inclusión en el hogar le organizaron una fiesta de cumpleaños por sus siete años de vida.
El lomito lleva por nombre Viernes, estuvo por cuatro largos años esperando a ser adoptado por una familia, sin embargo, al ser ya un perrito grande de edad y de talla también grande, los adoptantes no le hacían mucho caso, pero afortunadamente para él, su actual dueña desde que lo vio supo que sería su compañero ideal.
Sobra decir que Viernes no había sentido muestras de cariño por parte de otros seres humanos que no fueran los encargados del refugio, sus días se la pasaban junto con otros perritos, pero dentro del propio refugio, por esa razón sus adoptantes decidieron que cada 22 de septiembre festejarían sus cumpleaños como recordatorio del día en que llegó a casa.
Tardó tiempo en regresar por él, pero ocurrió
La familia de Viernes armó toda la fiesta con gorritos, globos, adornó la casa y desde luego no podía faltar el tradicional pastel de cumpleaños para el festejado, el testigo del evento fueron decenas de fotografías en las que se puede apreciar el amor que ahora recibe Viernes junto con sus rescatadores.
El pequeño perrito fue rescatado de las calles, lugar en el que fue maltratado, no comía bien y cuando lo recogieron tenía parásitos, lo que le producía daño en su estómago, así como mantener una talla baja para su edad.
Justo en ese sitio la joven Valeria colaboraba como ayudante en el refugio, le encantaba apoyar en el resguardo y cuidado de los perritos y cuando conoció a Viernes tuvo la sensación de que tenía cierta afinidad con él, por desgracia no podía llevárselo por estar cursando la universidad y porque tiempo después dejó de colaborar en el refugio.
Sin embargo, el amor entre ella y el perrito tuvo su recompensa, ya que Valeria con el paso del tiempo, regresó a buscarlo, con tan buena suerte que lo encontró y ahora sí, se dio a la tarea de llevarlo con ella y su familia, precisamente fueron ellos quienes organizaron su fiesta de cumpleaños y lo bautizaron con el nombre de viernes, por el día en que fue adoptado, luego de captar no solo la atención sino el corazón de Valeria.