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La planchada, la enfermera del Hospital Juárez que murió en el terremoto del 85 y se aparece por las noches a los pacientes

Durante la noche varios enfermos aseguran haber sido atendidos por una enfermera muy guapa, pulcra y desconocida para ellos

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La leyenda de 'la planchada' aún prevalece en varios hospitales de México Foto: Especial

La leyenda sobre la enfermera se ha vuelto muy popular entre quienes afirman haberla visto deambular por los pasillos de uno de los hospitales públicos que recibió a gran cantidad de heridos durante los sismos del 19 de septiembre de 1985 y también del 2017.

El relato sobre la enfermera tiene varios orígenes, unos dicen que pereció durante el terremoto de 8.1 grados que devastó parte importante de la infraestructura del Hospital Juárez de México, en aquel entonces, cerca de mil personas entre pacientes, personal médico, enfermeras y personal de apoyo, perecieron luego de colapsar la torre médica a los pocos segundos de uno de los sismos más aterradores que ha vivido al capital mexicana.

El Hospital Juárez en aquel entonces era una mezcla de la arquitectura colonial con la modernidad de finales de los años sesentas: el claustro, la capilla abierta, el magnífico auditorio principal en la nave de la Iglesia de San Pablo, y en el retablo de la Iglesia, un retrato del Benemérito de las Américas, Benito Juárez.

La Torre de Hospitalización se encontraba en el centro de la manzana que formaban las calles de Jesús María, Fray Servando Teresa de Mier, Colegio Médico Militar e Izazaga. Esta ubicación, por un lado la hacía poco accesible y por otro hizo poco notorio su colapso durante el sismo; los escasos accesos a la Torre de Hospitalización dificultaron enormemente los trabajos de rescate lo que generó confusión y la pérdida de cientos de vidas en su interior.

Dentro de esas mil personas podría estar Eulalia, una noble enfermera que de acuerdo con la descripción que se ha difundido con el paso de los años, era una joven pulcra, muy limpia, ordenada y dedicada en cuerpo y alma a la atención de los enfermos, ese era su trabajo y de acuerdo con esta primera versión falleció debajo de los escombros aquel fatídico 19 de septiembre de 1985.

En este caso, el relato pasó de boca en boca y no hay sustento para pensar que una de las enfermeras fallecidas sea ‘la planchada’, sin embargo, con el paso de los años, decenas de enfermos afirman (quizá de forma ficticia) sobre la presencia de una enfermera muy pulcra y muy bonita dedicada a atender a los enfermos y ayudarlos con su tratamiento, siempre de forma anónima, durante la noche o bien cuando los enfermos se encontraban sedados.

Al siguiente día que esos pacientes narraban lo sucedido, ninguna de las enfermeras reconocía a la supuesta cuidadora y mucho menos la identificaban por sus rasgos físicos. Cuenta la leyenda que ‘la planchada’ fue condenada a mantenerse cuidando a los enfermos, incluso después de la caída de la Torre de Hospitalización y el traslado de las instalaciones del hospital al norte de la capital del país.

Otras dos versiones sobre la planchada

Otra historia habla de su existencia desde la Invasión Norteamericana a mediados del siglo XIX, en aquella conflagración todos los días surgían decenas de heridos mismos que eran llevados al hospital, a la mañana siguiente aparecían miles de enfermos ya atendidos sin que nadie supiera o tuviera razón sobre quien los pudo haber ayudado. El Hospital Juárez abrió el 23 de agosto de 1847 con el propósito de atender a los soldados heridos por los invasores.

Al igual que en la versión extendida entre los pacientes atendidos después del sismo, los enfermos aseguraban que durante la noche, una enfermera muy bonita y bien vestida se acercaba a atenderlos, los cuidaba, les daba sus medicamentos y atendía sus heridas, de pronto desaparecía entre los pasillos y no regresaba.

Una última versión, la más contada, presenta a esta enfermera como una mujer que vivió un gran desamor, lo que la llevó a convertirse en un alma en pena. La joven Eulalia se enamoró de un doctor de nombre Joaquín, mismo que la engañó después de enamorarse perdidamente de él, el sujeto le pidió matrimonio y se fue de viaje, le prometió que cuando regresara se casaría con él, antes de eso le pidió que le planchará su traje.

La muchacha entonces esperó a su ‘futuro esposo’, sin embargo, poco tiempo después se dio cuenta que en realidad ese viaje que emprendió fue la luna de miel pero con la que era su pareja. La decepción fue tal que la enfermera no volvió  a ser la misma y comenzó a descuidar a los enfermos, mismos que padecieron y pagaron con su muerte la depresión de Eulalia.

Con el paso del tiempo la enfermedad alcanzó a Eulalia y falleció, de acuerdo con el relato sobre su historia, la joven vivió los últimos días de su vida, arrepentida de lo que pasó con los enfermos. Desde entonces y luego de su muerte, varios enfermos narraron que durante las noches, cuando estaban durmiendo, sedados o con poca visibilidad, una enfermera muy guapa, pulcra y desconocida para ellos los atendía mientras los atendía en los pasillos del hospital.