PANORAMA MODA

Con arrugas; el miedo a envejecer

Un tema muy hablado que lleva a preguntarnos: ¿Realmente tomamos los signos de la edad de una manera digna?

TENDENCIAS

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ARRUGAS. Estados Unidos es el líder en cirugías estéticas. En segundo lugar Brasil. Foto: PixabayCréditos: Pixabay

Hace unos días, en una reunión de amigas, después de agotar los temas que teníamos, llegó la hora de tocar el controvertido tema de la vejez.

Nos preguntamos si debíamos hacerlo con dignidad; permitiendo que el tiempo deje huellas en nuestro rostro, o si haríamos lo imposible por detener el tiempo, echando mano de los avances de la ciencia.

Naturalmente, surgieron distintas opiniones al respecto. Unas a favor de acudir a los procedimientos estéticos, otras en contra y otras no tan seguras. Sin embargo, algo en que todas pudimos coincidir fue el terror que nos da envejecer.

Les recordé el caso de una actriz de Hollywood que en su momento fue uno de los sex symbol de los años 80, y que hace unos meses reapareció con la cara transformada en la de una muñeca de cera que, en mi opinión, hacía más evidente no sólo su edad, también su propio miedo a envejecer. Un rostro tieso, estirado y ausente de expresión. Todas nos preguntamos, ¿por qué se hizo eso? ¡Se destruyó la cara!

Pero he aquí el problema, somos jueces implacables con nosotras mismas porque de no haberse hecho nada y dejar que los años acaban con su belleza, hubiéramos dicho: "¡Qué acabada se ve la pobre!", "¡Tan guapa que era!".

Lo cierto es que en la cultura de la era digital el abuso del Photoshop, los filtros y los efectos especiales impactan nuestra percepción del concepto de belleza. Hoy se venera la juventud, y cualquier mujer que pasa de cierta edad, teme al hecho de perder su valor en la sociedad, por lo que la presión por detener el tiempo es casi imposible de sostener.

La midorexia es el trastorno que hace que las personas adultas actúen como jóvenes. Principalmente afecta a las mujeres y el porcentaje va en aumento, debido a los estándares de belleza actuales que dejan poco espacio para imperfecciones.

Con la ayuda de los avances científicos y el estilo de vida que llevamos, hoy día es mucho más fácil tener acceso a cientos de opciones de todo tipo, adicional a que las fronteras entre los rangos de edades se han diluido permitiendo que tanto estilos como tendencias de moda puedan ser usados por todos. Por lo que, no sóo es normal, si no cool que una mujer de 50 años se vista casi igual a una de 25 o 30 años, con algunas excepciones, claro está.

La supermodelo Paulina Porizkova lo ha sabido hacer muy bien y está dentro del grupo de “famosas” que pasan de los 55 años de edad y que vota por envejecer lo más natural posible. Ella dice que necesitamos ver más arrugas en los medios de publicidad, y yo estoy completamente de acuerdo. En la medida que veamos más caras arrugadas en las revistas, las campañas y el cine, la vejez podría replantear el concepto de belleza y dejar de ser tan temida.

Por qué no es lo mismo el deseo legítimo de querer sentirse bien consigo misma y cuidar de nuestro cuerpo de la obsesión por parar el tiempo recurriendo a procedimientos que pueden llegar a ser excesivos.

En la actualidad repudiamos la vejez, no sólo de nuestro cuerpo, sino también de  todas las cosas; ropa, zapatos, coches, objetos, etc. Vivimos obsesionados por estrenar y reemplazar lo “viejo” por lo nuevo.

Si nos acostumbramos a ver las arrugas como cualquier otro rasgo de belleza que además están ligadas a la experiencia y la sabiduría, quizás podríamos hacer las paces y envejecer no sólo con dignidad, si no también en gozo.

Por Luisa Peña

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